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The Last Guardian me pone triste

Y no porque les pase algo a los protagonistas
Por Tipo de Incógnito

Todo el mundo ha pasado los últimos días hablando de lo genial y especial que es The Last Guardian, de lo bien que cierra esa extraña trilogía desarrollada por Team ICO (ahora reconvertido en genDESIGN) y de lo importante e histórico que es el papel de Fumito Ueda en a industria del videojuego. No sabría decir cómo de cierto es todo esto porque todavía no he acabado el juego, pero una cosa os voy a decir: me pone muy triste que esto pueda ser así. 

 

La razón es bien sencilla: ¿realmente solo hay un juego 'Triple A' a día de hoy capaz de conmovernos como parece que lo está haciendo este juego? Yo de momento no me he conmovido con ninguna escena porque ando bastante frustrado con los controles y la cámara, pero entiendo lo que muchos jugadores están expresando y, por eso, me da la bajona pensando que no haya otros creadores ahí fuera dispuestos a hacer esto u otras empresas que no den cabida a juegos de este estilo.

 

Sony no se salva de esto, ojo. Si The Last Guardian está ahí es por el coñazo que hemos dado muchos de nosotros con él y porque se anunció originalmente en PS3, cuando Team ICO todavía era un tótem y un representante de la industria alternativa dentro de la industria. Ahora, hay muchos pequeños estudios haciendo cosas igual o mejor que ellos; y las grandes empresas parece que se dedican más a rentabilizar sagas que a emocionar a sus jugadores con juegos totalmente nuevos. 

 

No existen, pues, grandes juegos que emocionen, que no tengan armas, que se basen casi totalmente en puzles, plataformas y en acariciar a un gatopollo gigantesco. Lo que hay son armas, disparos a la cabeza, ataques físicos brutales, magia que solo sirve para hacer daño e historias de venganza. ¿Realmente The Last of Us II va a ser ese juego representante de lo emocionante que puede ser un videojuego, cuando su raíz es la violencia, la sangre y la muerte? 

 

Siento tomarla con The Last of Us, que es un buen juego dentro del panorama actual y pese a lo que expongo sobre él; pero es un ejemplo más de la industria en la que vive. The Last Guardian no está flipando, pero seguramente no sea rentable para Sony, no venda lo suficiente para cubrir los inmensos costes que su accidentado desarrollo ha tenido y no genere el impacto del juego de Naughty Dog más allá de los que estamos metidos hasta las cejas en fotos, canales de YouTube, blogs y webs de videojuegos.

 

Y, como siempre, cambiar esto no parece algo sencillo, o directamente posible. Los juegos indies están consiguiendo experiencias similares a las de The Last Guardian, pero no tienen una empresa como Sony detrás para hacer el marketing ni llegar al público. Por fortuna, estos creadores cuelan de vez en cuando un juego que se convierte en un exitazo y que no recae en los mismos valores que el resto de juegos. Salvando las diferencias, Rocket League me parece un triunfo en esta línea porque es un juego de pasárselo bien con amigos y tener buen rollito competitivo con otra gente. 

 

Pese a sus fallos, porque los tiene (el control, la cámara, las físicas en varias ocasiones), apreciad cada segundo con The Last Guardian, jugadlo con calma y no os enfadéis con sus fallos, porque no creo que haya nada parecido en el mercado en mucho tiempo. Quizá hasta que genDESIGN y Japan Studio repitan. O quizá cuando thatgamecompany lance su nuevo juego. 


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