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The Beast Unleashed again

Rememorando el combate de Justin vs Daigo
Por Bruno Louviers

Hay un momento en la historia de los juegos de lucha que cualquier inexperto en el género puede apreciar por el simple hecho de lo identificable que es todo lo que ocurre: dos contrincantes, una barra de vida casi extinguida y un vencedor casi pronunciado al que le puede el orgullo y le sale muy caro. El combate de Justin y Daigo en el EVO 2004 (10 años ya, madre mía) aparecerá en los libros de historia de los videojuegos. Si no lo habéis visto, estáis tardando. Dadme las gracias luego:

 

 

Este pasado fin de semana, ambos jugadores profesionales volvieron a verse las caras y no pudieron resistir la tentación de recrear aquel combate, aunque no en las mismas condiciones ni con el mismo final, claro. Sin embargo, Diago volvió a repetir sus parries consecutivos y a enlazarlso con un especial de Ken, aunque la Chun-Li de Justin ganó el combate. Y no pasa nada, porque realmente, el logro del combate no fue esta dificilísima estratagema. Saltad al minuto 4:52 para ver a la bestia liberada una vez más:

 

 

Como decía, el logro del combate original, del Evo Moment #37, no es tanto el dificilísimo combo de parries que lleva a cabo Daigo, pues el parry, aunque es una respuesta complicadísima en cualquier juego de combate y requiere un entrenamiento, es un movimiento que cualquier jugador profesional puede realizar casi instintivamente. El instinto no es lo que diferencia a un gran jugador de otro, sino la mente. 

 

Lo realmente impresionante de este gran combate es que Daigo responde al ataque final de Justin, que se había dejado llevar por el momento y por la seguridad de que iba a ganar ese combate, de forma magnífica y de acuerdo con el principio más básico del jiu-jitsu: emplear la fuerza de tu enemigo para devolver el ataque. Y para llevar a cabo esto, hace falta mucho más que memoria muscular.

 

La victoria de Daigo en este combate es mental, de preparación, de previsualización y anticipación. Consciente de las pocas salidas que le quedaban, en el vídeo se puede ver cómo empieza a imitar los movimientos de su rival para poder anticiaparse a ellos con un parry. Y también mantiene la distancia necesaria para poder ejecutar un parry cuando Justin emplee el Super de Chun-Li, porque sabía que su contrincante, víctima del momento y dejándose llevar, intentaría acabar con él de la forma más dramática. 

 

Es complicado explicar punto por punto todo lo que realmente ocurre en ese escaso minuto de combate, pero os puedo decir con toda seguridad que lo más impresionante no es la precisión con la que se anticipa a las patadas del Super de Chun-Li, sino la premeditación con la que, anteriormente, ha previsto que su rival iba a atacarle de esa manera. Y esa capacidad es la que crea a un campeón, no el hacer un parry.

 

Lo más curioso de todo esto es que este combate no era una final, ni tan siquiera era el combate decisivo de una clasificación, pues aunque era el último round del combate, tenían otro más por delante para saber quién pasaba de ronda. Visto en perspectiva, esta hazaña tiene un significado muy diferente, pero, una vez más, es un momento impresionante que demuestra lo fácil que es entender a veces lo más complicado de un videojuego, incluso si en el fondo el significado auténtico queda oculto a los más expertos.


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