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Soñando con el cooperativo de Death Stranding

Ecosistemas hermanos e invasivos
Por Adrián Suárez Mouriño

Los nuevos cooperativos y competitivos de Dark Souls, Need for Speed Rivals o The Division han sido algo fantástico para nuestro medio. Jugar conectados puede y tiene que dar mucho más de sí que enfrentamientos comunes online. Hideo Kojima lo sabe, y hará de ello la base de su cooperativo. Ya había hablado de ello y lo confirmó durante el Tokyo Game Show 2016: la invasión de otros jugadores en tu partida no se producirá de manera tradicional. Habló de la unión entre varios jugadores, de cómo existirá vinculación entre ellos y de la reconfiguración del mundo de juego que estas fusiones producirán.

 

Death Stranding se presenta como un juego juego extraño, como uno con con un hombre con un hijo, un mar asesinado con sus criaturas varadas en la playa y un conjunto de robots flotando en el aire. Ya que Hideo Kojima promueve la venta de ideas antes incluso de formalizarlas en un boceto jugable, apoyando la construcción de teorías por parte de los fans y sugieriendo que mencionemos lo que nos gustaría ver a los jugadores; pues bien, eso mismo voy a hacer yo.

 

 

Esas hebras (strands) que conectan a distintos jugadores pueden tener un fin común: la muerte de los otros, pero con una diferencia en comparación con otro multijugador al uso: el control diferenciado de distintos seres que batallan los unos contra otros sin que haya un equilibrio de fuerzas. Estamos acostumbrados a que en un videojuego, cuando dos personajes se enfrenten o cooperen lo hagan en los mismos términos. Luchan dos guerreros con armas similares y equilibradas, corren dos atletas dependiendo de las mismas fuerzas y solo dependiendo su victoria de la pericia del jugador… ¿pero y si tenemos hombres débiles peleando contra grupos de máquinas voladoras? ¿Y si otro conjunto de jugadores fuera uno animal?

 

Sería atractivo poder diseñar un ecosistema kojimesco en el que todo fluye en equilibrio pero con seres con distinto poder. Estaríamos hablando de algo así como el mundo de Xenoblade Chronicles X pero controlando un jugador a esos monstruos de nivel 50 gigantes y otros a las ratas de nivel 1, ¿qué tipo de mundo abierto persistente y de acción se configuraría así? ¿Qué tipo de relaciones se pueden formar entre grupos poblacionales, los unos contra otros? Porque sí, las ratas son seres pequeños débiles, pero enfréntate tú a un grupo de estas rabiosas alimañas, a ver quién gana. La parábola de ese niño que aparece en los trailers puede significar que nosotros no elegiremos lo que queremos ser en este universo, naciendo en función del azar, y disfrutando del mundo de juego según esa elección que nosotros no hemos hecho.

 

Disfruto mucho con el metajuego que prepara Kojima antes de lanzar sus títulos. Sé que otros lo odíais, que solo veis en esto una venta de humo y de futuras decepciones, y lo comprendo, es una forma también válida de ver este asunto. Sin embargo, a mí me fascina intentar adivinar qué experiencia de juego nos tiene preparada. Si compartís mi afición, os invito a profundizar en esta teoría que expongo.


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