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Sigo sin entender los Game Awards

Pero hay esperanza
Por Álex Pareja

Hace unos días conocíamos la lista de nominados de los próximos The Game Awards 2016, los premios de los videojuegos que volverán a celebrarse y retransmitirse el próximo 1 de diciembre. No es que tuviera muchas esperanzas en el evento, sobre todo después de lo visto en los últimos años, pero sigo sin comprender demasiado bien lo que se quiere conseguir con este tipo de acontecimientos. Así es imposible que nos tomemos en serio unos premios o que queramos dar una importancia a estos galardones, pero sigo teniendo esperanzas. 

 

Para empezar, sigue habiendo un número exageradamente alto de premios. Un montón de distinciones y separaciones entre obras, que lo único que me sugieren es que con ello se intenta quedar bien con todo el mundo (como también se ha visto en los últimos años). Si un juego gana el premio final, los demás también recibirán alguno en otras de las muchísimas categorías que se premian, no vayan a enfadarse. Mejor juego de acción, mejor juego de acción/aventura, mejor juego de lucha, mejor juego deportivo donde también se incluyen los de velocidad, mejor juego de móvil y portátil, distinciones entre juegos indie y grandes producciones solo en algunas categorías (¿?)...

 

No me puedo tomar en serio estos premios, pero tampoco me puedo tomar en serio la gala en sí, si es que sigue los mismos derroteros que los vistos el año anterior. Y parece que así va a ser, cuando la máxima preocupación que tiene la organización es avisarnos de que veremos anuncios y vídeos con gameplay de los futuros juegos que llegarán al mercado. Por cierto, también hay un premio al juego más esperado, porque sí. En este sentido, también me sorprende cómo algunas obras son absolutamente obviadas únicamente por su fecha de lanzamiento. Final Fantasy XV o The Last Guardian, por ejemplo, se quedan fuera de esta ceremonia porque no han llegado a tiempo, pero también lo harán el año que viene porque son juegos de 2016 (¿?).

 

Lo mejor de The Game Awards 2014: Lindsey Stirling

 

Lo mejor de The Game Awards 2015: Stefanie Joosten. ¿Entendéis lo que quiero decir, verdad?

 

Espero que tampoco seamos testigos de entregas de premios que se dan en pausas publicitarias, o que por alguna razón no se llevan hasta el escenario y se otorgan de forma cutre. Al menos podemos sacar algún aspecto positivo, como que lo vamos a pasar estupendamente bien viéndolos (por lo esperpéntico del show) y también por algunos intentos que no me hacen perder del todo la esperanza. Que haya lugar para premios a mejor narrativa, por ejemplo, y que realmente se nominen a juegos válidos para esta categoría, me llena de orgullo, al igual que tras ver que se vuelve a dar una importancia a la figura de los actores y actrices de doblaje o a otros elementos que también son relevantes hoy en día en la industria, como los deportes electrónicos.

 

Sigo sin entender los Game Awards y probablemente continúe sin entenderlos este año. Pero espero que al menos se vayan dando pequeños pasos hacia algún punto, que tampoco sé muy bien cuál es. Lo mejor sería reducir las categorías de los galardones, tener en cuenta realmente la calidad de las obras, no hacer distinciones entre plataformas y tomarse un poco en serio el evento, sin tanta parafernalia ni poses, que nos alejan de la seriedad que creo  que tienen los videojuegos, o al menos eso quiero pensar.


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