¿Se explota poco League of Legends?
La comparación siempre es obvia y fácil, pero a veces vale la pena ir más allá y pensar en las posibilidades que tienen algunos proyectos que se descubren y que no tienen motivo para llegar siempre a buen puerto. Es el caso de League of Legends Supremacy, un hipotético juego de cartas basado en el universo del MOBA de Riot y que se ha conocido de su existencia tras el hackeo de la cuenta de Twitter de Marc Merrill, presidente de la firma.
Merrill y su equipo se han apresurado a afirmar que el proyecto no deja de ser un prototipo que no tuvo motivos para llegar a buen puerto, por lo que su realización puede resultar improbable. La cuestión es más simple que eso: ¿Cuántas ideas pueden tener en Riot sobre la marca de League of Legends y cuántas salen adelante? Los juegos de cartas de videojuegos populares son un tópico, pero la comparación más obvia a día de hoy ha sido con HearthStone, la criatura F2P de Blizzard basada en Warcraft.
¿Cómo lanzarse a una comparación semejante sin conocer los datos pertinentes que podrían llevarnos a creer en una competencia en ese territorio? Deberíamos cuidarnos de no lanzar afirmaciones tan a la torera, máxime cuando Riot ha demostrado que la competencia, normalmente, le importa poco. Lo que da para una circunstancia curiosa y nadie parece haber reparado en ello es en el hecho de lo poco explotada que está la marca League of Legends comparado con otros videojuegos y marcas.
Más allá de secuelas o elementos de ampliación del juego (personajes no cuentan), ¿cuánto durará el modelo de negocio de League of Legends a lo largo de los próximos años? De acuerdo, los jugadores van en aumento y no parece tener final la popularidad de la criatura de Riot, ¿pero durará siempre? Teniendo lo que tienen entre manos en cuanto a personajes y universo, ¿suena descabellado lanzarse a otros territorios o sencillamente no lo necesitan y por eso no lo hacen? No creo que todo salto hacia otros campos tenga que acabar en un Starcraft Ghost, claro.
Con la comunidad que tienen detrás y con los elementos de creación que hay en ese fandom, resulta peculiar ver lo poco que se explota la marca más allá del propio juego en sí. En realidad es un debate que da mucho más de sí de lo que podría parecer en un principio: ¿Es una bendición viendo cómo está la industria? Puede, pero siendo un caso tan único el del MOBA, merece un estudio y prestarle atención, ya que está creando un modelo de negocio jamás visto y que resulta anómalo para la industria en la que vivimos.
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