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Riot blinda las retransmisiones de los jugadores profesionales de LoL

¿Coartar la libertad o protección de la marca?
Por Toni Piedrabuena

Lo hemos tratado en numerosas ocasiones y tal como avanza la esfera del deporte electrónico en todo el mundo, lo seguiremos tratando a menudo. Esos competidores ya no son usuario normales, y probablemente, dada la fama que consiguen y el público que mueven, puede que nunca jamás vuelvan a serlo. La final de la tercera temporada de la LCS, el campeonato más importante de League of Legends, organizado y creado por Riot, los propios creadores del juego, llenó el Staples Center de Los Ángeles y fue seguido por millones de personas en todo el mundo.

 

Dado que esos jugadores mueven miles de euros en concepto de competición, retransmisión y publicidad, es obvio que puedan sacar tajada de su imagen para publicitar otras marcas, pero Riot, que lleva de forma muy escrupulosa todo el asunto de la imagen de la competición, acuerda con equipos y jugadores lo que pueden y no pueden hacer cada uno de los puntos que conforman el estrato más alto de la LCS. OnGames ha tenido acceso al contrato de la cuarta temporada, y entre el tabaco, las armas de fuego, los fármacos o las casas de apuesta y poker, se encuentra DOTA 2, Smite o HearthStone.

 

 

En realidad la lista de juegos es mucho más grande, englobando todo tipo de MOBAs (algunos que todavía ni han aparecido de forma oficial) y juegos importantes de competencia cercana como Blizzard. Dos preguntas simples: ¿Coarta la libertad de los jugadores de League of Legends? Sin duda. ¿Tiene derecho a hacer algo así Riot? Tampoco hay duda. Ha salido a la palestra Whalen Rozelle, director de eSport en Riot para aclarar la posición de la firma ante la presente cláusula, por cierto, filtrada al medio americano por uno de los propios jugadores que componen la LCS:

 

Lo decimos todo el tiempo: queremos que League of Legends se convierta en un de porte normal. Eso nos lleva a hacer un montón de cosas 'molonas' tras esa condición (salarios profesional para nuestros atletas, streams, visas, Staples Center...), pero detrás de eso hay un montón de trabajo en la estructura para asegurar una configuración netamente profesional. Sabemos que hay percepciones diferentes sobre el punto de los streamings de los jugadores profesionales (…) pero ahora esos jugadores son jugadores contratados de forma profesional para jugar en una liga deportiva.

 

Cuando ellos retransmiten a 50.000 seguidores no dejan de representar a su deporte en sí. (…) Es un nuevo campo para muchos equipos de eSports y es difícil seguir la transición de un grupo de individuos con talentos a convertirse en auténticos iconos de un deporte en una liga. Igual que un jugador de la NFL no promocionará la Arena Football o un deportista que firma con Nike no llevará nada de Reebok ante una cámara. No les pedimos que no jueguen a lo que quieran, lo que pedimos es que cuando hagan streaming sepan que son la cara de la competición de League of Legends.

 

contrato

El contato de la discordia

 

Mucha gente no comprende lo acontecido, de hecho, se ha llegado a tachar de competencia desleal a Riot, pero dadas las circunstancias actuales no es tan extraño que se haya demandado un compromiso así. En el deporte profesional, como comentaba el propio Rozelle con las marcas deportivas, es normal que acontezcan problemas cuando alguien rompe sin querer esos contratos o peor aún, se les ve con camisetas o símbolos que no deberían. Debemos ir acostumbrándonos a lo que será el futuro mediático de la competición, y cosas así sucederán seguramente en el otro bando si DOTA 2 o Heroes of the Storm pegan el pelotazo de League of Legends.

 

¿Qué le impide a Valve pagar a un jugador de League of Legends para que, sencillamente, haga retransmisión de DOTA 2? Básicamente una audiencia objetiva deliciosa que podría ser negativa para el juego de Riot. ¿Os imagináis al campeón de TNA participando en un combate de la WWE? Ya pasó algo así en los noventa con Ric Flair en la WCW y su fichaje por la WWF con el cinturón de Pesos Pesados puesto. De hecho, a los entendidos del wrestling seguro que os sonará el Montreal Screwjob y el miedo atroz de Vince McMahon de ver a un Bret Hart campeón de su compañía en la competencia. Que el eSport esté llegando a ese nivel, con noticias como la presente, que pueden gustar más o menos y que sin duda están abiertas a debate, creo que dibuja hacia dónde está yendo la competición. Y creo que vamos por el buen camino.

 


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