Recordando Metal Gear Solid 4
Yo me compré mi PlayStation 3, la de 40GB, que aún conservo y funciona bastante bien, junto con Metal Gear Solid 4. No es que fuera un juego que me volviese completamente loco, al nivel de The Last Guardian, juego por el que muchos se compraron la consola en su día; pero me apetecía y me parecía que era el primer juego por el que realmente merecía la pena tener la consola. Y bam, 450 euros del ala, justo lo mismo que me gasté el año pasado en la PlayStation 4 de lanzamiento con Killzone Shadow Fall. Curiosa perspectiva.
El caso es que, echando la vista atrás, Metal Gear Solid 4 es un juego con muchos fallos y muy mejorable que no sé cómo pudimos ver con tan buenos ojos todos. Era una interrupción constante de cinemáticas, jugabilidad breve, escenarios no demasiado grandes (con excepciones, ojo) y lleno de nostalgia que nos entretuvo como entretiene la zanahora al burro que tiene que caminar y no quiere.
Quizá es una crítica muy dura, porque ciertamente disfruté el juego y guardo un recuerdo agradable de él, aunque no tanto de su conclusión y su esperpéntica historia. Pero ahora que sale para la PSN como juego digital, que ya era hora, me da una pereza máxima, y necesitaba examinar este sentimiento con un texto. Y creo que todo se reduce a que fue uno de los primeros jugeos de PS3, y eso le hizo mucho daño.
No sé si habéis visto vídeos o lo habéis jugado recientemente, pero madre mía. Cómo se nota el paso del tiempo dentro de una misma consola. No hablo solo de los gráficos, sino de muchos otros elementos de control y de cámara. Y menos mal que Konami solucionó el vergonzoso sistema de carga del juego en el disco duro, que si no recordáis, yo os refresco la memoria: con cada capítulo del juego, había que borrar el capítulo anterior e instalar el siguiente porque el lector de Bluray de PS3 es lentísimo y porque, por aquel entonces, no sabían hacerse bien cosas que poco después ya se aprendieron a hacer. Killzone 2, por ejemplo, no tenía ni pantallas de carga entre niveles.
Desde luego, el factor tecnológico es importante, pero me parece más destacable la narrativa y la mecánica del juego. La historia de Metal Gear Solid 4 es un chiste, y creo que Kojima lo hizo así a propósito. No solo s empeña en cerrar y explicar todo lo ocurrido en la saga de Solid Snake, sino que intenta justificar todo con las dichosas nanomáquinas y con estrategemas salidas de la serie B mala. ¿Que Ocelot qué? ¿Que Big Boss cuá? ¿Que los Patriots comor? No había por donde cogerla.
Y en cuanto a jugabilidad, qué os puedo decir: era posible pasarse el juego en dos horas y media. Yo lo hice así cuando me saqué la insignia de Big Boss, la más difícil, que exigía pasarse el juego sin usar ítems de recuperación, sin morir, sin ser descubierto y sin matar a nadie. Ni a los jefes. Y por aquel entonces, ojo al parche, esto era una insigna, no un logro, que no estaban instalados en PS3 todavía.
Obviamente, no todo es malo. Me gustó mucho jugar con un Snake viejo y hecho polvo. Las cuatro jefas de cada capítulo me parecieron carismáticas y, aunque su historia no tuviera sentido, al menos estaban a la altura de otros jefes de la saga. Y el regreso a Shadow Moses es magnífico, por mucho que sea un ejercicio de nostaliga. Y madre mía, cuantísimo jugué a Metal Gear Online con dos de mis colegas. Vicio máximo.
Así que, pese a todo lo malo, si no lo habéis jugado, os lo recomiendo. No solo profundizaréis en todo lo que no debe ser Metal Gear Solid (algo que el propio Kojima parece haber aprendido por lo que se ha visto de The Phantom Pain) sino que os echaréis unas risas con lo ridículo de todo. Tomároslo con humor, vaya, creo que es lo mejor que se puede hacer con este juego.
Y sí, podéis quitarme la razón todo lo que queráis con el juego, que esta es mi opinión y lo que siento ahora que recuerdo lo mucho que me gustó en su día. No digo que sea malo en sí, sino que tiene muchas cosas terribles que ahora veo como ridículas y que me gustaría explicar a mi yo de hace 8 años.
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