¡Queremos que vuelva Osu Tatakae Ouendan!

¿Recuerdan Osu Tatakae Ouendan? Una creación maravillosa y recordada de la primera Nintendo DS propiciada por Inis, una firma japonesa que antes del juego de animadores en la plataforma de pantalla dual fueron conocidos por desarrollar otro juego musical de gran calibre en PlayStation 2 pero de escaso nombre en Occidente: Gitaroo Man, que también gozó de una versión portátil en PlayStation Portable. Resulta curioso que el género musical, al menos como lo visualizaron eso japonés ha quedado olvidado en la nueva generación portátil de Nintendo. ¿A qué se debe?

El rastro de Inis es fácil de seguir: en 2008 pegaron el pelotazo en Xbox 360 con Lips, y fueron muchos los juegos que se lanzaron en la plataforma de Microsoft basados en el popular karaoke. A partir de ahí, destacable y que se conociese en Occidente, poca cosa. De hecho, todas alejadas de las consolas portátiles, sean del color o de la empresa que sean. A pesar del éxito de crítica y las ventas registradas en todo el mundo con un juego que trascendía barreras lingüísticas, parece que todo quedó ahí, y es una lástima.

El éxito del primer Ouendan fue sonado, y muchos medios que no analizaban desarrollos de importación se hicieron eco de la calidad del juego, circunstancia que impulsó al desarrollo de Elite Beat Agents, el primo lejano de la serie. Básicamente tomar el concepto de Ouendan y ponerle temas de Occidente, entre las canciones escogidas estaban Queen, Deep Pruple, Jamiroquai, Madonna, David Bowie, The Jackson Five o The Rolling Stones. A pesar de lo que pueda parecer, el juego no triunfó cómo se esperaba, y según VGChartz registró unas ventas algo flojas para lo que se podía esperar del éxito de Ouendan.

Eso no impediría que en Japón apareciese un nuevo capítulo de los animadores, con música sencillamente apoteósica y con una nueva historia que involucraba a un grupo de animadores rivales. El éxito no se hizo esperar de nuevo y volvió a consolidarse como un gran título, registrando ventas destacables en tierras japonesas. Ahí quedó todo, desde entonces no los hemos vuelto a ver en ningún sistema, y esa modalidad de musicalidad táctil encajó perfectamente y podría tomarse prestada por cualquiera que tuviese una buena idea y un mejor gusto musical.

El secreto de Ouendan radicaba en esos grandes grupos japoneses (Asian Kung Fu Generation, Morning Musume, Flow, Porno Graffitti o L'Arc en Ciel) y una rejugabilidad de varios niveles a prueba de bombas. Legendario resulta el nivel de las animadoras y el reto que suponía acabar esa última pantalla a ritmo de Ready Steady Go. Lo echamos de menos, ojalá a Inis le diera por correrse una buena farra en 3DS rememorando un juego que hace más de un lustro rajó pantallas de DS por todo el mundo.