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Quantum Break, Synchronicity y una buena historia con viajes temporales

Lo que debería haber hecho Remedy
Por Álex Pareja

Tras haber reposado unos días mi experiencia con Quantum Break, ayer mismo decidí volver a ver una película que había visto hace unos meses y que me apetecía tener fresca en la mente, Synchronicity. Se trata de una historia con los viajes en el tiempo como gran atractivo, que juega constantemente con la percepción del espectador y con lo que se muestra en pantalla. Es la típica película que te deja un poco perplejo cuando llega el final y se descubren sus secretos.

 

Y le da mil vueltas a Quantum Break.

 

No me gusta comparar de forma directa casi ningún tipo de obra, pero me parece más interesante plantear el texto de esta manera porque queda mucho mejor ejemplificado. Quantum Break también utiliza los viajes en el tiempo como excusa para contar su historia, pero también lo usa como elemento diferenciador en sus mecánicas jugables. Sin embargo, el estudio no consigue crear una trama lo suficientemente interesante como para enganchar al jugador (o al menos así lo fue en mi caso). Tampoco sabe jugar con esos elementos tan interesantes que puede proporcionar algo tan enigmático como los viajes en el tiempo.

 

Synchronicity. La podéis ver en Netflix, si tenéis curiosidad

 

Después de jugar a Alan Wake, esperaba mucho más de Remedy con Quantum Break. El título protagonizado por el escritor juega de una manera soberbia con sus percepciones personales, con los mundos paralelos, con las pesadillas y miedos de los personajes... el jugador, en más de una ocasión, se siente envuelto en una atmósfera tan enigmática que le conduce hasta la duda constante sobre lo que está ocurriendo. Eso es lo que te empuja a seguir en esta obra: los enfrentamientos y las secuencias de acción son muy mejorables, pero avanzas porque quieres saber lo que ocurre. Inspeccionas cada rincón de los escenarios porque encuentras hojas del libro que pueden esclarecer los hechos que estás viviendo, o confundirlos todavía más. Esto, en Quantum Break, no ocurre ni por asomo.

 

Esperaba que el estudio jugara mucho más con los viajes en el tiempo, utilizando su extrañeza y grandes posibilidades en beneficio de una trama compleja y confusa. Synchronicity realiza esto a la perfección: juega con el espectador desde el minuto uno, va confundiendo su percepción, lo acomoda para volver a atizar su entendimiento. Todo ello lo hace con los viajes en el tiempo como motor principal. Es una película ágil, interesante, personal, sentimental y que no necesita tiroteos y explosiones para resultar espectacular. Quantum Break toma el camino contrario: no utiliza prácticamente ningún elemento diferenciador de los viajes en el tiempo salvo un par de ocasiones, que no están del todo aprovechadas, y basa toda su concepción en pegar tiros y en construir escenarios bonitos y espectaculares, pero vacíos, repletos de elementos narrativos que no aportan absolutamente nada.

 

Alan Wake

Quantum Break da un paso atrás respecto a lo visto en Alan Wake

 

Esa es la Remedy que yo me esperaba. Una que había aprendido de sus errores con Alan Wake e iba a potenciar sus ideas para crear una trama interesante, enigmática, con su sello personal, dejando más de lado las secuencias de acción y la espectacularidad gratuita. Me imagino una historia sencilla, como la de Synchronicity, en un videojuego pausado donde lo importante es avanzar y echar un vistazo a los escenarios y a sus elementos, capaces de sorprender y confundir al jugador. Hay muchas fases tranquilas en Quantum Break, pero no se apoyan en una historia interesante como para que se conviertan en una experiencia satisfactoria.

 

Quantum Break hace lo contrario que Alan Wake y otras obras como Synchronicity, que también abraza la temática de los viajes en el tiempo. Deja de lado las historias enigmáticas, profundas y complejas emocionalmente para crear una obra sencilla, intrascendente y que deja mucho que desear.


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