Por qué es más divertido no matar

Matar en cualquier Metal Gear Solid es posible, pero claro: ¿quién quiere hacer eso? No solo porque, en mi cabecita, un Snake genocida no tiene sentido, sino porque no es divertido. Jugar a las pajas mentales de Kojima como quien se pasea por un Call of Duty es de todo menos divertido. La infiltración, ahí donde la veis, es actualmente una de las cosas más divertidas del videojuego. No matar es más divertido que hacerlo.

 

Y es que los videojuegos, maduros o inmaduros, son muy violentos. Esto es así. Punto. No me lo podéis negar. Podéis poner todas las excusas del mundo, decir que los cómics, la tele, el cine, vuestras madres; que todo eso es violento también, pero eso no quita que los juegos lo sean hasta niveles absurdos, hasta el punto de que en el E3 de 2014 haya habido más descabezamientos que mujeres presentando videojuegos, por ejemplo. 

 

Matar es atractivo porque no podemos hacerlo en nuestro día a día. Bueno, podríamos, pero ya me entendéis: la fantasía de matar nos atrae en todas las facetas de nuestro ocio, y eso no es realmente malo. De hecho, seguro que funciona como una forma de demostrar que hacerlo no tiene sentido y que no es la mejor solución, pero no estoy aquí para hablar de las consecuencias de la violencia.

 

 

Estamos aquí discutiendo por qué abusar de la violencia es aburrido, al final. Nos inmunizamos, no tanto con la violencia en sí, sino con la mecánica, con el acto jugable de pegar un tiro a la cabeza. Es algo tan corriente que ya nos da igual hacerlo que no, dé puntos o los reste. Aunque juegos como Sniper Elite lo hacen atractivo una vez más por una cuestión de elementos, son excepciones. 

 

Por eso no matar es más divertido. Por eso infiltrarse y no matar a humanos en un juego como Metro Last Light no solo hace el juego más difícil y desbloquea otro final, sino que es más divertido. ¿Pasarse Ground Zeroes sin ser descubierto, sin matar y a toda leche? Divertidísimo. ¿Buscar todas las soluciones no letales de Dishonored? Posiblemente, la mejor experiencia habida y por haber en un videojuego en los últimos años. 

 

La lista podría alargarse mucho, pero no tanto como los juegos que pierden por ser violentos. En los últimos años, el que más pierde por esto es, en mi opinión, Bioshock Infinite. Es absurdo que un señor que tiene miedo a unos cobradores del Frac con ínfulas se pasee por Columbia asesinando sin pestañear  a miles de personas y mientras se hincha a comer. 

 

 

Bioshock Infinite es el mejor ejemplo que podría usar en este post: un título cautivador, cuyos primeros minutos son espectaculares y que encierra una historia magnífica se va al traste porque, entre medias de todo eso, hay que apuñalar y romper el cuello a un señor con un gancho mientras te salpica todo se sangre. No, gracias.

 

Me alegro hasta el infinito que haya confirmado en Alien Isolation que es posible pasarse el juego sin matar a nadie, igual que me alegro de que existan juegos donde la aproximación silenciosa y no letal aporte muchas más capas de diversión que simplemente clavar 5 disparos a la cabeza seguidos. Y no estoy criticando, insisto de nuevo, que la violencia sea buena o malo para el jugador. Solo digo que es tan estructural que ya (me) aburrre.

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