1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS3

Por qué elegí el ordenador

Tales of Computer
Por Kysucuac

Vengo un poco cabreada porque tenía este artículo preparado de ayer, lo guardé en un pen y el pen ha decidido comérselo :( Igualmente, intentaré que sea más o menos fiel al original, donde os contaba mi más tierna infancia. Bien, como decía en mi otrora magnífico artículo, cuando era joven e inocente pensaba que el ordenador era un aparato limitado, dedicado únicamente a documentos de word y destinado a guardar miles de archivos chorras de Paint. Con el tiempo me fui dando cuenta de que, coño, tenía juegos, y tras pasar media vida en el Buscaminas (que a día de hoy sigo sin entender) pensando que los juegos de verdad eran solo para consolas, empecé a descubrir el maravilloso mundo de los Pcs.

 

Al principio no me parecía para tanto – hasta que fui descubriendo maravillas más allá de los Sims – y seguía volviendo a mi amada PlayStation cuando tenía ganas de jugar a videojuegos. No obstante, he acabado dándome cuenta de que los ordenadores ofrecen posibilidades que las consolas de sobremesa sólo llegan a acariciar con la punta de los dedos. Y no quiero meterme en el eterno debate de “que PlayStation y Xbox sigan peleando tranquilamente, que siempre va a ganar el PC” ni busco menospreciar a los jugadores de mando y botones. En algún momento hubo una razón que a mí me hizo cambiar todo eso por teclas y ratón, si bien no sé ubicar con precisión el instante. Sea como fuere, hay algo en el PC que me hace serle fiel, y no es solo su amplio catálogo actual, sino que, además, es una potente consola emuladora.

 

Antes, esos emuladores me los tenía que descargar de donde pillase por la red (ay, bendito Internet), así, todo muy legal; ahora gracias a plataformas como Steam se puede jugar a clásicos de los años del catapún con alguna mejoría. Y algunos hasta salen gratis. No todos, claro. No todos. Lo cierto es que es de agradecer que tengamos a nuestro alcance muchas formas de rejugar (o jugar por primera vez, en el caso de los más jovenzuelos o de aquellos que no hemos tenido oportunidad cuando tocaba) a los clásicos, y no tan clásicos de antaño. Me viene a la cabeza, coincidiendo con la llegada de una nueva entrega, Tales of Symphonia, un juego que siempre quise tener y nunca llegó a mí... hasta ahora.

 

Mi primer recuerdo de este juego está íntimamente relacionado con la revista Dibus. Whoah, eso no te lo esperabas, ¿eh? Pues sí, cuando era joven y bella me compraba esa revista. De vez en cuando tenían sus cosillas interesantes, si bien no podía suplir la ausencia de mi amada Minami (y desde luego no estaba dirigida al mismo público objetivo). Tales of Symphonia apareció en mi vida a modo de concurso. Sólo tenías que responder a una pregunta absurda y enviar tus datos a una dirección determinada. Al ganador le regalarían el juego y, si mal no recuerdo, la consola. Por supuesto, yo no me llevé el premio.

 

Y vosotros diréis: Joder, Kysu, era tan fácil como ir a una tienda y comprarse el maldito juego. Pues, no, no era tan fácil. Principalmente porque yo era de un pueblo de allá por Mordor/Huelva y tenía pocas posibilidades de ir a la capital y adentrarme en Centro Mail. Sí, allí en Huelva sigue llamándose Centro Mail. Deeee modo que el ordenador se ha vuelto mi gran aliado – ignoremos por un momento que Tales of Symphonia también está para PS3 y que, de hecho, la versión que llegará a Steam será precisamente ésta – gracias a todas esas oportunidades, grandes y pequeñas, que nos brinda. Tengo muchas ganas de cumplir con ese “sueño” de mi infancia que hasta ahora no pudo ser y jugar de una maldita vez a Tales of Symphonia. Y ya después de eso, a pasearse por toda la franquicia, hombre ya.

 

PD: A pesar de mi amor por el ordenador, hay algo que debo reconocer. Para mí, PSP sigue siendo el mejor emulador de la historia y no se hable más. 


<< Anterior Siguiente >>