PES 2016, The Division y la importancia de rápidas actualizaciones
Lo que podía haber sido un regreso triunfal a la altura del pasado de la franquicia ha terminado por no ser tanto en PES 2016 por culpa de algo que poco o nada tiene que ver en realidad con su sistema de juego y las sensaciones que transmiten los partidos a través del mando: la actualización de plantillas. El título llegó al mercado con las plantillas de la temporada pasada y tuvo que pasar demasiado tiempo hasta que Konami realizase la actualización, que encima lo hacía de forma incompleta.
Recientemente, un miembro del equipo de desarrollo de Konami, Adam Bhatti, comenta en una entrevista realizada por Squawka que el problema con la actualización de plantillas de PES 2016 ha terminado por pasar factura a la obra al completo, reconociendo que al menos ahora han aprendido una valiosa lección: cuando la comunidad de jugadores se queja de algo, debes ser rápido a la hora de corregirlo para evitar que ocurran este tipo de situaciones. A buenas horas se han dado cuenta de cómo funciona la industria de los videojuegos actualmente, eso sí.
El ecosistema de la industria, a día de hoy, cuenta en las actualizaciones o parches con uno de sus mayores activos, imprescindibles prácticamente en cualquier videojuego existente. Pero estos arreglos post-lanzamiento no son solo importantes para solucionar los posibles problemas que hayan surgido en el juego y que se hayan pasado por alto en su fase de pruebas, sino que la inmediatez también lo es todo. De nada sirve tener la posibilidad de solucionar un defecto si lo haces demasiado tarde, como el propio PES 2016 lo ejemplifica de forma estupenda.
Las actualizaciones y cambios en tiempo real, de hecho, son parte fundamental de algunas obras en sí mismas, traspasando las fronteras de lo planteado inicialmente por un estudio de desarrollo y generando nuevas historias emergentes e incluso anécdotas entre la comunidad de jugadores. Un buen ejemplo lo encontramos en el caso de The Division, la última obra de Ubisoft Massive, que desde su lanzamiento ya ha recibido multitud de actualizaciones que solventan algunos problemas que los jugadores han aprovechado para saltarse las reglas establecidas y obtener ventajas, gracias a lo que denominamos a día de hoy como exploits (término en inglés que significa explotar o aprovechar), que son errores que los jugadores encuentran en los títulos y aprovechan en su propio beneficio alterando sus normas.
Parte de la gracia del descubrimiento de estos errores es saber de antemano que el estudio de desarrollo, en este caso de The Division, va a solucionar el error más pronto que tarde, por lo que entre la comunidad de jugadores se genera una situación que resulta hasta bonita: el proceso de descubrimiento, de divulgación entre los jugadores y de aprovechamiento hasta que el temido parche termina llegando. Si no fuese por esas actualizaciones rápidas, estos elementos ni siquiera tendrían sentido ni gracia.
En el caso de The Division, por ejemplo, uno de los primeros errores descubiertos fue la presencia de un jefe llamado Rey Bala en una zona concreta del mapa, que siempre dejaba caer algún objeto de gran nivel cuando lo derrotabas, por lo que los jugadores aprendieron a acabar con él y dejarse matar por sus compinches para volver al mismo lugar inmediatamente después y repetir el proceso, obteniendo esas ventajas de una forma no establecida por las normas del propio estudio de desarrollo en su juego. Internet y la comunidad de jugadores descubrieron y crearon esta historia, mientras que Ubisoft Massive la convirtió en mito y parte del recuerdo de la comunidad con su eliminación a través de una actualización. De hecho, se llegó a rendir homenaje al Rey Bala en la Nueva York real con una foto que también han recibido con regocijo todos los jugadores de la obra. Nada de esto hubiera ocurrido sin una actualización rápida, lo que confirma la importancia a día de hoy del rápido mantenimiento que deben mantener todos los estudios en sus obras.
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