OlliOlli. Endless Runner de saltos perfectos
OlliOlli es un ejercicio de economía y eficiencia. Un título de corazón arcade que se basa en conseguir que el jugador aprehenda sus mecánicas y las perfeccione hasta el extremo. Apenas un botón y una cruceta nos bastarán para conseguir que nuestro skater se marque una carrera de un punto a otro. En él, nos encontraremos con los típicos obstáculos de un juego de móviles en los que sólo tenemos que correr, a ver hasta donde llegamos. Es en estos en los que OlliOlli articula su jugabilidad. Como buen patinador, toca hacer trucos, piruetas, grindeos y demás lindezas, recogiendo ítems, superando puntuaciones y completando desafíos.
No se trata sólo de llegar velozmente y con precisión a la meta. En los endless runner es habitual un primer instante de agobio al percibir un obstáculo y un segundo de relajación mientras ejecutas el salto que te libra de morir. Con OlliOlli eso se esfuma, te pone en tensión descubrir el trecho que tienes que librar, pero también el salto buscando el movimiento perfecto. Castiga un mal aterrizaje con tu tabla y que no combees con un nuevo salto, y otro y otro. Y lo consigue, además, haciéndonos usar sólo el stick izquierdo y el botón X, y aún así, a veces se atraganta el control porque cuesta pillarle el punto. A mí me constó bastante entender que para realizar un buen landing tenía que pulsar el botón y no la dirección “abajo”. Pura economía de medios jugables, inmejorables resultados de cara a disfrutar el juego.
En lo técnico, es amable decir que el juego es tan solo discreto, dando el do de pecho a la hora de los trucos, con unos saltos bien animados dentro de los márgenes que se marca el título. Es una timidez gráfica que se excusa en que, la verdad, los elementos con los que interactuar se distinguen y se ven bien, que al final es lo que importa. Es un juego rápido, de momentos, de instantes, tanto que necesita de esquemas e hitos más de que de gráficos punteros.
Pero no todo es perfecto. 10 euros es un tanto excesivo para el juego, además de que su formato de juego de ratitos (sí, de ir al baño) se adaptaría mejor a un móvil. Los trucos cuesta pillarlos, los que te salen en las primeras partidas muchas veces son fruto del azar, y aunque los gráficos se excusan en que o son así o podrías liarte viendo demasiado detalle innecesario en pantalla, también es verdad que le faltan personalidad. La tiene, y mucha, a los mandos, pero no tanta en su presentación.
Con todo, OlliOlli es un arcade muy entretenido, un endless runner exigente y que tiene horas para echarle y controlarlo si consigue viciaros. Si os gusta el género, es un recomendado, y si sois del Plus, tenéis un agradable descuentillo al haceros con él. Una grata experiencia a la que volveréis, y difícil como ella sola.
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