Novedades con el último parche de World of Warcraft
No me cansaré de decirlo: Blizzard ha sabido resucitar a World of Warcraft con mucha maestría, gracias a la expansión de Legión (o Legion, como prefiráis). La historia de Illidan siempre ha sido atractiva para los amantes del lore, y poder jugar como uno de sus Illidari fue un gran reclamo para los más veteranos… pero también para los más novatos.
Cuando un MMORPG lleva tantos años – trece, para ser exactos – es muy difícil que envejezca bien. Se trata de un género complicado de analizar, si bien observar su evolución es algo bastante curioso e interesante. En el caso del juego de Blizzard, el público objetivo ha cambiado muchísimo. Antes podríamos decir que World of Warcraft iba dirigido esencialmente a los más frikis del lore, a jugadores que buscaban más un ambiente de rol.
Con el tiempo, el juego se ha ido abriendo al mundo, simplificando muchos aspectos y cambiando otros muchos. Sin embargo, algunos de esos cambios no han gustado a los que llevaban más tiempo en Azeroth, y han acabado abandonando el juego. En mi caso, tuve un parón con Cataclysm del que no me recuperé del todo hasta la llegada de Legion. Tengo la sensación de que esta última expansión ha sido precisamente para eso: para recuperarnos a los que claudicamos. No ha funcionado con todos, pero sí con muchos.
Una expansión siempre es una gran noticia para un MMORPG. Hasta a Final Fantasy le sirvió para revivir tras un primer estancamiento. En el caso del videojuego de Blizzard, Legion ha hecho regresar a muchos, y ha atraído a muchos noobs, pero ahora hay que ir un paso más allá. Para ello se llevan a cabo las actualizaciones.
El último parche del WoW, el 7.1.5 nos trae diversas novedades que Blizzard nos ha querido mostrar en vídeo. Entre las características destacadas, tenemos nuevas recompensas, eventos y las microfiestas, que suenan así como muy guay y nos hacen olvidar la resaca del Festín del Festival de Invierno.
Ya sabemos que los eventos como el que acabamos de pasar duran varias semanas. Las microfiestas, en cambio, son celebraciones que pueden durar un único día. Así, Blizzard busca organizar actividades que añadan un mayor dinamismo al juego, para que no caigamos en la rutina sempiterna de todo MMORPG cuando llegamos a niveles altos (o sin llegar, que también pasa).
Pero los cambios que más nos interesan son los que se realizan sobre las clases. La compañía quiere ahora meterle mano a las clases generales, aumentando la diversidad del sistema de talentos. Además, y esto lo que a mí más me gusta, quieren darle un repaso a las estadísticas como celeridad o maestría (que a día de hoy todavía hay quien ni siquiera la entiende muy bien). De esta forma, la personalización de nuestro personaje será mayor, algo de lo que empezábamos a disfrutar con la llegada de los Cazadores de Demonios.
Espero que este parche sea una pequeña introducción a cambios mayores en este sentido. Como he dicho en varias ocasiones, tener la sensación de que nuestro personaje es único ayuda a que disfrutemos más de la experiencia. En el caso de World of Warcraft, la personalización del personaje en lo que a su aspecto se refiere es bastante limitada, pero con este tipo de cosas nos queda el consuelo de poder ser únicos con nuestras habilidades. Más o menos.
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