No hace falta un Splatoon 2

Ya sabéis que llevo muy poquito tiempo como nintendera oficial, ya que mi ya amada Wii U no lleva conmigo más de un par de semanas (y, con mi escaso tiempo, tampoco he podido viciarme mucho). Comenté que me la pillé con el pack que incluye Mario Kart y Splatoon, aunque no soy muy fan del primero. Sí, le estoy metiendo un vicio muy bueno a Splatoon ahora que por fin lo tengo en mi poder (ya lo había probado con antelación, pero, como dije la última vez, las cosas se ven diferentes cuando son de tu propiedad), y comprendo el éxito que ha tenido con tan pocos meses de edad.

 

Este juego es todo un fenómeno de masas por todo el mundo, especialmente en Japón, cómo no. Ha conseguido una gran cantidad de jugadores y hasta se ha hecho con su propio espacio en la competición en tiempo récord. Desde luego, sus creadores podrán seguir sacándole partido durante muchos años, aunque no parece que ésa sea su visión de futuro. El otro día leía por ahí que Hisashi Nogami, productor de Splatoon, no descarta una segunda entrega más adelante. Imagino que se referiría a mucho mucho más adelante, pero yo, la verdad, no lo veo.

 

No es que no confíe en el éxito que pueda traer también esta supuesta segunda parte. Más bien es mi pensamiento ligeramente conservador, que me dice: Splatoon es un juego eterno. Pero, Kysu, ¿qué es un “juego eterno”? Pues no es un género, pero sí una característica: Son esos títulos que no terminan (aplausos) y que pueden jugarse una y otra vez sin llegar a un punto final. ¿Sabéis ya cuáles voy a mencionar? Exacto: MOBAS, shooters, juegos de lucha... Son obras que no terminan y el usuario no siente la necesidad de llegar a un destino. Muchos de esos títulos (especialmente los MOBAs) no están considerados verdaderos juegos por los mentes cerradas que dicen “League of Legends es una mierda, no es un juego”. Chicos, es una mierda, pero es un juego.

 

Lo mismo pasa con Splatoon. Un shooter eterno que no necesita nada más allá, aunque cuente con su modo historia (muy muy interesante, por cierto, transformando el juego en un plataformas con muy buen gusto). Los juegos eternos no necesitan segundas partes, les basta con mods, actualizaciones, descargas (gratuitas o no) y eventos para seguir siendo eso, eternos. Mirad League of Legends. ¡Esa mierda no aburre a los que estamos dentro! Y eso que, a pesar de ser ahora más bonito, el mapa sigue siendo exactamente lo mismo que era en el primer juego de Dota. Ahí seguimos, oye.

 

Con Splatoon es igual, queridos. Es impresionante cómo de este juego hemos conseguido una nueva marca, una nueva mascota de Nintendo, querida y apreciada por todos. Como para no, ¡qué cuquis son los Inklings! Y de aquí se puede sacar mucho. Muchas actualizaciones, muchas novedades, armas, accesorios, potenciadores... Yo qué sé, infinito. Entonces, si tanto partido se puede sacar a un título así, ¿de qué serviría un Splatoon 2? Quizás para rediseñar el juego sin perder el estilo clásico del primero (es decir, los más cerrados nos quedaríamos el primer juego, los recién llegados o los que busquen algo nuevo, el segundo). ¿Qué riesgos conllevaría? El abandono del primer juego, no ya por el usuario, sino por sus creadores.

 

Es mucho suponer, claro, ya que Nogami sólo lo ha comentado como una lejana posibilidad. Pero pensar en un Splatoon 2 me hace pensar en una segunda parte de cualquier otro juego eterno. Bueno, ahí tenemos a Dota 2. Sí, imagino que el cambio de plataforma y de motor gráfico sí sería una buena excusa para una segunda entrega de un título como Splatoon. ¿NX, decís? Vaya... Siniestra casualidad.

 

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