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Nintendo propone un sistema de afiliación en YouTube

Dividir los ingresos a cambio de permiso para mostrar sus juegos
Por Dayo

A pesar de que ya forme parte de la sociedad moderna hasta el punto de que no recordamos que nació en 2006, YouTube todavía es un espacio legal gris donde no se sabe exactamente quién tiene derechos y por qué. Nintendo ha decidido tomar parte en este proceso con una filosofía de “ni para ti ni para mí: para los dos” y ha anunciado que iniciará un programa de afiliados, informa VentureBeat.

 

Este programa de afiliados sería una suerte de variación del partner: Nintendo permitiría utilizar material de sus videojuegos y monetizarlo, pero a cambio exigiría una parte de los ingresos del vídeo. De momento no se sabe exactamente cuál será la proporción que reclame la compañía ni las condiciones exactas de este contrato, pero su mera existencia ha bastado para que mucha gente comience a hablar.

 

Esta no es la primera vez que la Gran N actúa contra los generadores de contenido en YouTube: en mayo del año pasado asumió una política de “tolerancia cero” y realizó reclamaciones de derechos de autor a todos los canales que utilizaban sus contenidos. Esto significa que el canal puede seguir adelante, pero los ingresos del vídeo concreto van a la persona que lo ha reclamado. Como podréis imaginar, la reacción fue muy agresiva: tanto, en efecto, que Nintendo acabó dando marcha atrás aunque, como acaba de demostrar, esto no significa que haya abandonado la idea de quedarse con una parte del pastel.

 

En su momento la amenaza de los youtubers fue dejar de cubrir los contenidos de Nintendo. Al fin y al cabo, es la única compañía con una política tan agresiva y el resto de estudios están perfectamente cómodos con ver sus títulos comentados y jugados por los demás. Durante la debacle que ocurrió a finales del año pasado en la que YouTube se puso en serio con la detección de derechos de autor, prácticamente toda la industria del videojuego se puso en marcha y declaró que no habían realizado estas reclamaciones a propósito y que bastaría que les enviasen un mensaje para que las retirasen.

 

Lo hemos discutido un par de veces, pero YouTube es una plataforma publicitaria increíble para la industria. Hace pocos días salieron los datos de las veinte páginas especializadas en videojuegos con más público del mercado hispanohablante. La mayoría de los grandes YouTubers, aquellos con cientos de miles o millones de seguidores, llegan a un público mayor que muchos de esos medios profesionales. A Nintendo le conviene ver sus juegos ahí: la comunidad no tendría ningún problema en explorar el vasto catálogo independiente cada vez más manufacturado para las experiencias del let’s play o en jugar al nuevo título del momento (que, asumámoslo, no es de Nintendo en la tremenda mayoría de los casos), de modo que cuando amenazaron con hacerlo Nintendo no tuvo otro remedio que retirarse.

 

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El juego es suyo, sí, pero el producto del vídeo es lo importante.

 

¿Tiene la compañía derecho a cobrar parte de los ingresos? En teoría, sí. En los medios tradicionales hay que pagar cada vez que se reproduce una canción, se muestra una película o se expone cualquier obra registrada, aunque en estos casos la producción suele estar respaldada por grandes compañías que o bien tienen contratos que abaratan los costes o tienen presupuesto suficiente como para poder pagar estos contenidos. Sin embargo, aquí estamos hablando las más de las veces de personas individuales que en muchos casos no cobran tanto. Yo, con mis casi 10.000 subscriptores, cobro alrededor de nueve libras enteritas al mes, con lo cual me puedo permitir lujos tales como un DVD antiguo o un menú en el Burger King con postre y todo.

 

Es difícil definir de quién es la autoría en una cultura tan egocéntrica como YouTube, y con “egocéntrico” lo que pretendo decir es que la base de la página y su sistema de subscripciones es dar más importancia a los generadores de contenido que al contenido que generan. En otras palabras, si un canal al que estoy suscrito sube un análisis, lo veré independientemente del juego porque estoy aquí para ver qué opinan o cómo lo presentan. Esto implicaría que la autoría pertenece plenamente a los creadores ¿y dónde queda entonces el estudio? Como ya he dicho y casi parafraseando una conversación que oí hace un tiempo, “los youtubers son herramientas publicitarias”: si alguien comenta un juego llamará la atención sobre él para bien o para mal. Cuantas más personas hablen de ti, mayor será tu público y por tanto más ventas potenciales.

 

No voy a llamar a los de Nintendo “bastardos egoístas” porque, al fin y al cabo, intentan ejercer unos derechos que en los medios tradicionales se llevan respetando durante décadas. Son sus juegos, al fin y al cabo. Sin embargo, agradezco que la comunidad youtuber se haya puesto en plan “todos a una, como Fuenteovejuna” porque si Nintendo da el primer paso ¿quién dice que no lo empiecen a dar el resto de compañías? Si a mí me reclamasen todos y cada uno de los autores de las muchas películas, canciones y videojuegos que pongo en cada uno de mis vídeos creo que mis ingresos no darían ni para comprar un chicle. Hay mucha gente que tiene esto como un trabajo a tiempo completo y depende del dinero que genere su canal, de modo que si este sistema progresara podría acabar dañando a toda la comunidad. Por lo pronto Boogie2988 y TotalBiscuit, dos de los youtubers internacionales más prominentes en el sector de los videojuegos, ya se han manifestado en contra de este programa de afiliación de Nintendo, de modo que es probable que la gente le siga el rollo y Nintendo vuelva a llevarse una decepción. Y después de mostrarse como retrógrados y homófobos a ojos de muchos con Tomodachi Life, a la gran N lo último que le hace falta ahora es parecer un puñado de avaros ante la comunidad youtuber.


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