Nintendo, no revoluciones el mando
“Nintendo está manteniendo la NX como un secreto para que Microsoft y Sony no puedan robar sus ideas”, dicta Paul Tassi en Forbes. El artículo habla sobre las declaraciones de Satoru Iwata sobre cómo lo que Nintendo intenta luego es copiado por los demás, y por eso es mejor esperar para así tener la primicia durante más tiempo y quitarles margen a la competencia. PlayStation Move y Kinect resuenan en el eco de la memoria para muchos como “esas dos malas copias de la Wii”, pero eso sería olvidarse de cómo el mando de Wii y, actualmente, la segunda pantalla de Wii U son dispositivos tan poco utilizados como los de las otras dos consolas.
No sé por qué le daría a Nintendo tirar por otra parte y abandonar el mando. Nos dicen, y es comprensible, que fue porque querían abrirse a otro público y los controles de movimiento eran más intuitivos. Vale. Recuerdo la promesa que me hizo Wii en su día, y recuerdo comprarla con ilusión y esperar todos esos juegos que explotasen sus capacidades hasta nuevos límites. El resultado fueron títulos que sí, de acuerdo, me permitían mover las manos para disparar, pero mirándolo en frío no podía dejar de pensar que muchos casos podían sustituirse perfectamente por un mando tradicional. Lo que haces en Super Mario Galaxy desde luego que lo es, y vale, Red Steel tenía ese giro de muñeca tan guay, se lo compro, pero Twilight Princess se jugaba casi mejor con un mando de GameCube. Con el Wii U Gamepad la situación empeoró: tuvimos un buen arranque con ZombiU, pero han pasado ya unos años y el único juego que realmente aprovecha la funcionalidad de la pantalla y el tan archiprometido juego asimétrico es el Nintendo Land, la demo técnica de la consola.
No es como que no hubiera ideas; Penny Arcade ofreció un proyecto fantástico sobre Dragones y Mazmorras, Fable Legends y Evolve pedían a gritos ser títulos de Wii U para jugar a pantalla partida con los amigos y la mayoría de títulos third party se limitaron a pegar el mapa o el menú en la segunda pantalla, sin tener muy claro qué hacer. Juego a Super Smash Bros, a Mario Kart 8 y a Super Mario 3D World como si estuviera utilizando un mando normal, y tampoco es que necesite nada más. Porque ese es el problema: si Nintendo no tiene soluciones para su nuevo hardware, se las inventa. Me alegra que no haya algo parecido al modo de pantalla táctil en Bayonetta 2 con Smash, y espero que no me den la posibilidad de jugar en modo automático y dibujar mis reveses en Mario Tennis. No es lo que necesitamos. Y entonces es cuando se entra en el ciclo vicioso: si creas algo para lo que no hay necesidad y que no se aplica para nada, tienes que forzarlo, y al forzarlo refuerzas el hecho de que es innecesario, pero tienes que seguir intentándolo, así que fuerzas más, y al final pierdes.
Nintendo debería dejarse de tonterías. El experimento les salió bien con la Nintendo DS, bendita sea nuestra fortuna, pero el resto han sido un chasco tras otro. Y mirando atrás, sí que es cierto que Nintendo ha trabajado el mando con la 64 y Gamecube, pero al menos seguía siendo un mando corriente y moliente; no uno táctil, ni con sensor de movimientos, ni despiezable, ni magnético: un mando, punto final. Valve ha tomado ese testigo con el mando de sus Steam Machines. Gustará más o menos, pero es imposible no aplicar lo que ese producto vende; es un mando igual que cualquier otro, pero el concepto del joystick se ha replanteado. Como dicen los ingleses, “pasos de bebé”. No hace falta romper el molde para innovar.
Espero que a la tercera vaya la vencida y que la NX no intente vendernos otra vez la moto. Que no salga con un chip que te implantes en la cabeza o con un guante para sumergirte mejor o con un mando que se transforme: tradicional. El frente de la innovación de control está ahora mismo en la realidad virtual, y seguir forzando la maquinaria con nuevos conceptos de mando que luego no se apliquen sólo va a generar más escepticismo ¿Quieres hacer una consola de sobremesa con rasgos de portátil? Vale, pero no metas nada que no vayas a usar. Nintendo debería centrarse ahora mismo en entregar juegos, en recuperar a su público, reconstruir los puentes que ha bombardeado con Wii U. Sé que viven en su propia burbuja y hacen lo que quieren y me conozco, sé que acabaré teniendo lo que nos vendan. Pero por favor, menos promesas. No seáis los Peter Molyneux de las consolas.
Y por dios, que no tenga “Wii” en el nombre.
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