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Mirror's Edge Catalyst y su mundo abierto

¿Convence o no?
Por Álex Pareja

Después de saber que Mirror's Edge Catalyst iba a apostar por el mundo abierto y por características propias de los sandbox, las dudas me invadieron. Después de poder probarlo durante varios minutos en la pasada Gamescom, las dudas siguen sin despejarse. ¿El juego va a funcionar realmente apostando por este género o va a terminar siendo una decepción?

 

La prueba a la que tuve acceso fue exactamente la misma que se ofreció a la prensa en el pasado E3, por lo que os recomiendo que leáis también las impresiones que tuvo Víctor cuando lo probó en Los Angeles. Una pequeña parte de la ciudad que poder recorrer con total libertad -como ocurrirá en el juego final- y con la posibilidad de realizar pequeñas misiones y desafíos que ayudan a entender la experiencia que se nos quiere proporcionar con estos cambios respecto a la entrega anterior. 

 

 

Ahora Faith tendrá mucho más protagonismo y presencia, cosa que es de agradecer. No solo la podremos ver en más secuencias cinemáticas que, además, se centrarán en sus orígenes, sino que también veremos más su cuerpo mientras jugamos. La capacidad de inmersión es increíble y el apartado gráfico y artístico ayuda enormemente a sentirnos dentro de un juego con una personalidad propia increíble. Da gusto controlar a Faith, que quizás ahora realice las acciones sin necesidad de ser tan estrictamente preciso con el mando como en el anterior juego. 

 

Porque todo se basa en el "flow": conseguir fluir e ir encadenando todos nuestros movimientos será una gozada cuando hagamos cualquier cosa: desplazarnos por el mapa, superar algún desafío o incluso combatir con los enemigos, aspecto que sí se sentía bastante mejor que como nos lo encontramos en el juego original. Cuando no conseguimos encadenar los movimientos, eso sí, el título pierde ritmo e intensidad, por lo que el propio jugador se convierte en el auténtico amo y señor a la hora de poder vivir una experiencia positiva. 

 

Pero quiero centrarme ya en el mundo abierto y en las dudas generadas. En un principio, todo tiene sentido: es un mapa que podemos recorrer con total libertad pero sigue teniendo coherencia con lo que el juego quiere ofrecernos, ya que solo podremos desplazarnos a través de los tejados y las azoteas de los edificios y no podremos, para que me entendáis, descender hasta pasear con los transeúntes o subirnos en un vehículo. 

 

Sí que podremos, al igual que en cualquier sandbox, abrir nuestro mapa y poner una marca en la misión que queremos activar y realizar a continuación. Una vez hecho eso, el juego utilizará con inteligencia el propio escenario para indicarnos el mejor camino a seguir: pintando de color rojo los elementos por los que deberemos desplazarnos y fluir para poder llegar a nuestro objetivo. Una vez allí, lo activaremos y comenzará la misión o el desafío. 

 

Combate en Mirror's Edge Catalyst

Será una gozada enlazar los movimientos de desplazamiento con los de combate, siendo testigos de animaciones espectaculares

 

¿Cuáles son las dudas? Que no sé hasta qué punto llegará a ser divertido realizar viajes demasiado largos, o tener la sensación de que pasamos demasiadas veces por los mismos lugares. Es una gozada desplazarse porque utilizamos el parkour y las mecánicas propias del título, pero ahora todo queda demasiado seccionado: el momento en que tenemos que desplazarnos por el mapa, los instantes en que debemos huir, cuando necesitemos inflitrarnos, combatir... quizás ese "fluir" no se llegue a conseguir del todo en el juego final. 

 

Pero claro, hay que esperar a ver la versión final o al menos probar algo que nos ofrezca mucho más. Mirror's Edge Catalyst todavía me genera algunas dudas porque no pude profundizar demasiado en su experiencia, y las misiones a las que tuve acceso no eran más que simples desafíos de poco interés. La esencia de Mirror's Edge está ahí, falta que al final el conjunto fluya de igual manera que los movimientos de Faith. 


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