Microsoft ya tiene discurso y nueva visión

Desde hace unos meses todos estamos siendo testigos de una transformación evidente del discurso de Microsoft referente a Xbox One y sus videojuegos, creando una nueva visión que ayude a remontar su situación en el mercado. Esto es una realidad y todos los empleados de la compañía están comenzando a hablar en estos términos generando un alegato concreto entre todos ellos, para dejar su huella como marca en la comunidad gracias a sus nuevas ideas. 

Evidentemente, esto ha surgido como una respuesta lógica a la situación de la consola en el mercado mundial, donde sigue cosechando buenos números pero continúa cediendo terreno a una PS4 que se muestra imbatible. Aprovechando el poder de la marca Microsoft se tomó una idea que a mí me parece más que aceptable y útil: la unión con Windows 10, que va a permitir a los usuarios que tengan este Sistema Operativo en sus ordenadores disfrutar (de momento) de unos cuantos títulos exclusivos de Xbox One, lo que no hace perder valor a la propia consola en sí, donde van a seguir llegando juegos durante años. 

Ahí es donde el discurso comenzó a cambiar hacia la parcela del "cuantos más jugadores puedan disfrutar de nuestros juegos, mejor, porque la industria es un lugar preferible así, donde todos convivimos en paz sin discusiones absurdas por poseer una u otra plataforma", lo que no es una postura mala del todo, sobre todo si lo respaldan con hechos o con intentos, como ese deseo de convertir a Xbox One en una consola con multijugador multiplataforma, donde poder jugar online con jugadores no solo de PC sino también de PS4, por ejemplo. Ahí es donde dejaron clara su intención y su nuevo discurso, dirigiéndose a esos jugadores más sensatos que no combaten en esas guerras absurdas entre máquinas. 

Para poner la guinda al pastel de este nuevo discurso nos encontramos con una nueva intención: la propuesta realizada a sus propios usuarios de tener en Xbox One una especie de reventa digital, que permitiría obtener un 10% del dinero invertido en un juego a cambio de eliminarse de nuestra biblioteca (6 euros por un estreno de 60 euros). A esto también habría que añadir otra de las características propias de la consola de la que ya llevamos un tiempo disfrutando, como es la retrocompatibilidad, que yo también incluiría dentro de las consecuencias de esta nueva visión de Microsoft. 

Creo que el cambio de discurso es evidente respecto a lo que vimos hace unos años, y al menos ahora es mucho más reconocible que antaño. Puede gustar más o puede gustar menos, al igual que las consecuencias que están generando las decisiones que se toman desde Microsoft, pero yo al menos me alegro de saber cuál es su visión actualmente y qué es lo que realmente podemos esperar de la marca Xbox One en el futuro. Sí es discutible la manera en que se comunicaron ciertas decisiones, por supuesto, como avisar del lanzamiento de Quantum Break en Windows 10 casi sin margen, cuando es más que obvio que el juego se ha desarrollado casi desde el principio para ambas plataformas. 

Desde mi humilde punto de vista, no lo veo del todo mal, ya que de forma personal estas nuevas decisiones me han permitido ahorrar 400 euros en una consola que deseaba gracias a la nueva posibilidad de disfrutar de sus juegos exclusivos (o de momento de algunos) en mi PC, sin que por ello hayan abandonado a los jugadores que apostaron por la consola, que no es ni mucho menos un ladrillo inservible a día de hoy. A esto le sumamos la retrocompatibilidad y esas nuevas intenciones por seguir ofreciendo opciones a sus jugadores en sermones, que espero que no se queden solo en soltar buenas palabras dirigidas a un cierto número de jugadores concretos. La nueva Microsoft en referencia a los videojuegos es esta, y veremos qué tal le sienta esta visión.