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Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 y el JRPG

Todo mejora con un poco de rol
Por Adrián Suárez Mouriño

Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 para Nintendo 3DS es una nueva edición de la descafeinada batalla que mantienen las mascotas de SEGA y Nintendo desde 2007. En esencia, se trata de una colección de minijuegos con algunos más acertados que otros, que tienen una gran carencia: el vicio multijugador, por venir en una portátil.

 

Ya en otras ocasiones se intentaron llevar títulos que claramente funcionan mejor en sobremesa a portátil, como Mario Party o Mario Tennis, y en ambos casos se intentó sustituir eso que se pierde con algo propio del juego individual: el modo historia. Mario Party no hizo mucho más que añadir textos y más textos a nuestros avances por los tableros, como en Mario Party Advance. Sin embargo, Mario Tennis lo hizo mejor cuando la marca recayó en Camelot, la gente de Golden Sun, añadiéndole a la fórmula un modo historia en condiciones en el que Mario era una leyenda viva del tenis, y retarle era un sueño que esperábamos hacer realidad algún día.

 

 

Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 toma una vía muy parecida a los títulos de Camelot. Aquí no entramos en la Royal Academy con el objetivo de ser los mejores tenistas del mundo y vencer a Mario, sino que escogemos entre dos gimnasios capitaneados por el de SEGA y Nintendo, con el fin y bajo su bandera, de ganar todas las medallas de oro que podamos para mayor gloria de estos.

 

Al poco de comenzar este modo historia, se nos presenta también una trama en la que las medallas que Sonic y Mario han ganado a lo largo de los años han sido robadas. Nuestra tarea se complica y, por fortuna, se hace más llevadera. Como ya habréis imaginado, esta no es más que una excusa para darnos de manera ordenada una serie de minijuegos, pero lo cierto y como digo en el título, todo mejora con el JRPG.

 

La razón por lo que esto es así porque en todo videojuego hace falta un hilo conductor que lleve al jugador de la mano. Una serie de tareas puestas sin orden ni concierto dejan al juego muy cojo, sea el tipo de juego que sea. La presencia de trofeos y logros, los retos diarios de los MMORPG y esta funcionalidad de Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 hacen exactamente eso mismo: llevarnos de la mano. Es más, en función de la calidad de esta guía acabamos jugando a juegos que de por sí no son nada especial; vamos, que si la zanahoria está rica, vamos como burros hasta la cima de la montaña aunque recorrerla sea un infierno, y esa zanahoria se llama roleo, que aunque sea pobre, siempre se deja jugar. Ahora pensad a cuántos juegos reguleros habéis jugado solo por una estructura rolera que premia con niveles, ropas y tonterías.


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