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Lugares vol. 1: La Normandía

El vehículo más icónico de la presente generación
Por Jaume Esteve Gutiérrez

Inauguramos una serie dedicada a localizaciones icónicas del videojuego. Y qué mejor que hacerlo que por uno de los lugares imprescindibles de la generación que ahora termina. Nos referimos a una de las naves más sigilosas de la galaxia: la Normandía, una de las pocas unidades que sobrevivieron al final de la guerra contra los segadores. Vamos, hablamos de una nave con mayúsculas.

 

Siendo como es un juego de personajes, fácilmente podríamos incluir a la Normandía entre los componentes de Mass Effect sin miedo a ruborizarnos y lo digo abiertamente porque creo queno lo he pasado peor ante la pérdida de un mero vehículo de transporte que en el prólogo de Mass Effect 2, cuando la Normandía acababa hecha pedazos y Shepard, a la deriva espacial, a un tris de estirar la pata.

 

Requiem por la Normandía (y por Shepard).

 

Pero la Normandía cumple una función imprescindible en Mass Effect. Es nuestra base, el centro de operaciones, el lugar desde el que planificar los movimientos a seguir pero también es unpunto de encuentro para conocer mejor los entresijos del juego, la historia del mismo y profundizar las relaciones con la comunidad que, poco a poco, construimos con cada entrega del mismo.

 

No olvidemos, además, que en la Normandía también nos podíamos relajar con algún que otro minijuego. ¿Quién no se ha tirado horas y horas buscando minerales en planetas perdidos sólo para conseguir los materiales necesarios para poder actualizar la nave? Y el hecho de utilizar la nave como hilo transmisor de la historia —es la única donde podemos ver el nombre de los caídos en combate a lo largo de los juegos— también ayuda a crear una sensación de continuidad ligada a un espacio permanente.

 

Sólo con rememorar este momento a uno se le ponen los pelos de punta.

 

Destinada a ser un remanso de paz y un lugar donde dar un respiro al jugador, todavía recuerdo el momento en el que BioWare dio un giro de guión en Mass Effect 2 y se sacó de la manga uno de los mejores momentos del juego (a juicio personal, el mejor de toda la trilogía) con la invasión perpetrada por los recolectores y en la que, en un giro insólito, nos hacíamos con el control de Joker para sofocar la amenaza. 

 

Por supuesto, la Normandía es una nave de gama alta. Altísima. De hecho, es un prototipo de la Alianza que la Ciudadela entrega a Shepard en su momento para investigar los sucesos del primer Mass Effect y nos va a acompañar hasta el fin de los días, incluso cuando el mismo Shepard perece en la última misión (a no ser que consigamos el mejor final de todos). 

 

Pero dejando la historia a un lado, el valor de la Normandía como símbolo es impepinable. Mass Effect es Shepard. Shepard y su inseparable acompañante. Cada jugador puede tenerle más o menos cariño a Garrus, Liara, Tali, Jack o Wrex, pero la Normandía es como ese viejo amigo que siempre está ahí para recordarte quién eres y qué debes hacer.


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