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Lost Planet, una saga sin personalidad

Un juego que no parece de Capcom
Por Toni Piedrabuena

Lost Planet llegó de la mano de Keiji Inafune en el año 2007 como un título de acción en tercera persona, divertido y, pese a sus fallitos, sólido. El título consiguió granjearse el cariño del público y puso muchas esperanzas en su segunda parte. Como he dicho, no era perfecto pero tenía chispa. La segunda entrega aterrizó en nuestras consolas en el año 2010 y significó un tremendo cambio en la serie. Se apostó por potenciar el componente multijugador a cuatro, descuidando a cambio el modo single player que tan bien había funcionado en la anterior entrega. Tres años después, estamos a punto de poder disfrutar de Lost Planet 3. En esta ocasión, la aventura tendrá de nuevo su punto fuerte en la campaña a un jugador, cargando la experiencia con melodrama y supervivencia.

 

Si analizamos las modas y tendencias que hemos vivido en esta generación, podemos encontrar similitudes entre los géneros que triunfaban y aquellos que ha ido absorbiendo la saga Lost Planet. En el 2006 llegaba Gears of War y la acción y los tiros se impusieron. En el 2010 la misma Capcom estaba inmensa en sus Monster Hunter para PSP y en la actualidad, los títulos más llamativos son los que apuestan por las aventuras con carga emocional.

 

Esto es Lost Planet 2, cualquier parecido con el 3 es pura casualidad

 

¿Es positivo para una saga cambiar tanto entrega tras entrega? Una serie de juegos debería ser capaz de mejorar y pulir sus rutinas, añadir nuevo contenido, potenciar sus puntos fuertes, ofrecer nuevas historias y, cuando ya ha contado todo lo que deseaba, morir. ¿Es sensato usar una marca conocida, Lost Planet en este caso, para absorber lo que vende en un momento determinado y construir con ello una nueva entrega? ¿Es eso reinventarse o no tener personalidad?

 

Una cosa es el caso de Tomb Raider, se trataba de un reboot. Tras un tiempo muerto y con la intención de llevar a Lara al público de hoy, la arqueóloga se vistió de Nathan y la cosa funcionó. Éste es un empleo sensato de una IP, pero Lost Planet da bandazos. El hecho de que la saga toque uno u otro palo en función de su año de salida consigue que parezca que se está burlando de nosotros ¿Ahora venden los personajes barbudos en un mundo chungo con una niña que proteger? Pues toca barbudo con hija. No critico que una compañía detecte una oportunidad de mercado y la aproveche, pero no de este modo. Desviar tanto la naturaleza de un título de su forma primigenea hace que todo parezca un gran chiste.

 

En serio, este amago de Joel que quiere a una niña tanto como Lee a Clementine no es serio.

 

Si lo hicieran con Resident Evil, implementado momentos dramáticos combinados con el miedo que se le supone propio a la saga, no habría queja, porque son matices que encajan perfecamente en su manera de ser. De Street Fighter II al Street Fighter III hubo un cambio brutal, pero seguía siendo la misma IP, sin embargo tras ver Lost Planet y Lost Planet 2, descubrir cómo pinta Lost Planet 3 me hace llevarme las manos a la cabeza. El juego puede ser fantástico como tal, ojo, eso no lo discuto porque no lo he jugado, pero este tipo de prácticas logran que el nombre “Lost Planet” no signifique nada.


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