Lords of Shadow 2. Caminando sobre el asfalto
La traslación de un mundo de fantasía a un contexto presente es siempre una idea magnífica ¿Cómo reaccionarán ambos cuando colisionan? Siendo críos ¿quién no fantaseo con tener poderes, con ser un personaje increíble viviendo su propio día a día? Esa pregunta obtiene respuesta cuando controlamos a alguien como el personaje de Lords of Shadow 2 en un supuesto contemporáneo. Entendiendo que el personaje que controlamos es nuestro disfraz de superhéroe, claro.
La desarrolladora nos ha mostrado imágenes del retazo de trama que discurrirá en el mundo actual. Este concepto fue muy usado en las películas de los 80, como He-Man y demás cintas de nuestra infancia ¿Cómo funcinaría la fantasía si se traslada a nuestras calles? Magnífico What If.
Pero no sólo tiene su encanto coger un personaje de un tiempo y una dimensión remota y hacerlo caminar sobre el asfalto, también si se hace con un género predispuesto a funcionar en un mundo mágico. The World Ends With You es puro JRPG de una compañía acostumbrada a trabajar en universos irreales, al trasladar la fuerza de su discurso al Tokyo presente, las reglas del juego cambiaron, así como los ítems y hasta las batallas. Un espíritu que se trasladará a Final Fantasy XV y del que también vimos ramalazos en Kingdom Hearts.
Sin embargo, la sensación de estos títulos ya no es tanto que quieran que veamos funcionar a un ser poderoso en nuestras ciudades, sino la de construir sobre ellas una fantasía propia. En una época como la que vivimos en la que el presente cambia a tanta velocidad, en la que los avances tecnológicos se pisan los unos a los otros y en la que la comunicación da saltos de gigante a cada segundo ¿no es éste un modo de llamar a nuestra realidad “extraña fantasía”?
Incluso en títulos de corte más clásico como Ni no Kuni, la magia clásica se funde con un entorno moderno. Es quizás, la perdida de aquel amor loco y ochentero por lo medieval, cambiado ahora por una curiosidad insaciable hacia lo nuevo, de lo que está por venir, de un futuro-presente que camina a nuestro lado. Lo que está claro es que el escenario clásico ha cambiado.
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