Life is Strange y su segundo episodio, ¿a la altura?
Life is Strange me enamoró en su primer episodio. A pesar de que tenía ciertas dudas sobre la manera en que iban a abordar el mundo adolescente con los líos que ello implica, quedé gratamente sorprendido por cómo se supo plantear narrativamente, dando importancia al apartado emocional de unos personajes que, aunque no dejaban de ser estereotipos en algunos casos (la tía buena pijolis, el jugador de fútbol cachas, el cerebrito...), mostraban cierta profundidad. Todos hemos sido adolescentes y creo que todos podemos identificar a nuestro yo pasado con alguno de los personajes del juego.
La protagonista de la histora, Max, también está genialmente elegida y, dentro de este mundo adolescente que huele a hormonas que tira para atrás, suele comportarse de una manera bastante racional y adulta. Eso ayuda enormemente a que una persona que ya haya superado la edad del pavo (aunque a algunos todavía nos quedan retazos) no se sienta demasiado incómoda poniéndose en su papel, cosa que es de agradecer.
Al principio de la historia Max descubre que es capaz de viajar atrás en el tiempo, lo que nos permite utilizar esta mecánica tanto en la resolución de puzles como en las conversaciones, pudiendo elegir una respuesta, ver su consecuencia y volver atrás para elegir otra en caso de que no nos haya gustado. No se carga la experiencia porque desde Dontnod Entertainment han sabido aplicar consecuencias que siempre convergen en tonos grisáceos y no en blancos o negros. Es decir, ninguna respuesta es buena del todo, ni tampoco mala.
Pero vamos a lo que vamos, que es a lo que me ha parecido su segundo episodio. Después de lo mucho que me había gustado el primero, he de reconocer que tenía mucho miedo en descubrir cómo se iban a desarrollar los capítulos posteriores, ya que veía bastante complicado que se pudiera mantener el mismo nivel emocional y jugable. Y, efectivamente, el juego no consigue sostenerse en la misma línea.
Además de que se pierde el factor sorpresa que el primer episodio proporcionaba, todo en lo que destacaba se queda un poco a medio a camino en el segundo. Las situaciones a las que nos enfrentamos, excepto las dos últimas, no son ni mucho menos tan impactantes y no consiguen hacernos sentir que las decisiones que vamos tomar son mega importantes ni relevantes. Más bien parece el capítulo de relleno típico de cualquier serie de televisión en que la trama sólo avanza en su último compás.
Lo más preocupante para mí no es eso, que no deja de ser una opinión muy subjetiva (a Dayo, por ejemplo, le ha gustado más el segundo episodio que el primero), sino que los puzles también han empeorado mucho. En el primer episodio la utilización de los viajes temporales estaba bastante bien implementado y conseguía que nos tuviésemos que enfrentar a algunos puzles que, sin llegar a ser una maravilla, cumplían bastante bien. En este segundo episodio decaen bastante y terminan resumiéndose en: elige una opción, si te equivocas vuelve atrás en el tiempo y elige otra, si te has vuelto a equivocar, adivinad, vuelve a hacer lo mismo... y así continuamente (ya veréis cuando tengáis que descubrir lo que tiene Chloe en el bolsillo). Se pierde el valor de que sea nuestro propio ingenio el que sea capaz de sacarnos de esas situaciones. También se inventan en un punto concreto una excusa para que no puedas volver atrás en el tiempo y te aguantes con la decisión que hayas tomado, ¿por qué? Porque en realidad no importa lo que elijas durante esa secuencia y todo depende de lo que hayas hecho a lo largo del primer capítulo y del segundo, que no es algo malo del todo e incluso llega a agradecerse, pero no deja de ser una excusa barata para quitarte la opción únicamente cuando les conviene.
Evidentemente, Dontnod Entertainment centró muchos esfuerzos en el primer episodio (al igual que hace Telltale Games en sus series episódicas) para que nos enamoremos y compremos el resto de capítulos (conseguido conmigo). Es una táctica que puede gustar más o menos pero que se hace demasiado evidente en algunos tramos del segundo episodio. No deja de ser un juego muy recomendable si te atrae la propuesta ya que tiene muchos puntos destacables, como lo bien que se incorpora la narrativa a través de la interacción con los objetos del entorno, pero no puedo dejar de sentirme algo decepcionado ante un título que consiguió emocionarme en su primera incursión. A ver qué tal el siguiente.
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