La traición de Battlefield Hardline
¿Os habéis parado a pensar que Visceral Games es un estudio que ha cambiado los dos FPS más populares del mundo del videojuego? Por un lado, está Glen Scofield, fundador de Visceral, que fundó Sledgehammer Games y nos ha dado el Call of Duty más diferente desde Modern Warfare. Y por otro, está Visceral en sí, que ahora se ha empeñado en abandonar lo militar en la saga Battlefield y en apostar por modos de juego más reducidos y concrentrados en su online.
Y de este último vamos a hablar hoy, pero no de su multijugador, al que ya le dedicaré algo de tiempo más adelante, sino de us campaña, donde jugamos como un cubano emigrado de niño a Miami y que es policía de antivicio y que tiene como aliada a una estadounidense de origen asiático. Una 'minoría', y perdón por usar esa palabra horrible; y una mujer. De por sí, un arranque curioso para un juego de tiros.
Pero no queda ahí la cosa porque resulta que puedes pasarte buena parte de la campaña de Battlefield Hardline sin pegar un tiro. No entera, porque hay secciones donde hay tiroteos sí o sí; pero en buena parte de la historia puedes decirtarte a sacar la placa, inmovilizar a los delincuentes y esposarlos para conseguir puntos. De hecho, solo así y con derribos sigilosos consigues puntos para aumentar tu nivel de experto y conseguir nuevas armas.
Sí, puedes pasar de esto y liarte a tiros y en lugar de obtener armas de cajones, puedes robárselas a los muertos; pero está bien clarito que en Visceral Games quieren que juegues a ser el poli bueno: a detener y no matar. Esto no es un juego de guerra, por mucho que la saga sí lo sea; y disparar a una persona sospechosa no es lo primero que hace un buen policía, aunque en EEUU esto no sea la norma últimamente.
De ahí la traición: resulta que la mejor manera de hacer entretenida una campaña de un juego de tiros, porque resulta que la de Battlefield Hardline lo es, es limitar los tiroteos y provocarlos de formas más ensayadas o como consecuencia de tu error. Ahora bien, no sé si convertir Battlefield Hardline en un juego de pseudosigilo es la mejor manera de resolver la trama de un shooter. Por mucho que me gusten los juegos de ir escondido y resolver 'puzles' a hostias y derribos, yo me compro este juego para masacrar gente.
Quizá el mensaje de Visceral con todo esto es que resulta imposible hacer una campaña divertida en un FPS bélico estándar y que atiende a las masas sin entrar en el territorio de otros juegos de tiros con intenciones diferentes. Y la verdad es que en el fondo esto no me importa: para pegar tiros a lo loco ya tengo el multijugador, donde todo esto funciona mejor que en cualquier campaña y la jugabilidad es emergente.
Así que por mi, vivan los traidores de Visceral Games. Por primera vez en mucho tiempo, creo que me voy a acabar la campaña de un FPS con multijugador.
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