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La raza humana en los videojuegos espaciales

¿Cómo nos ven los extraterrestres?
Por Álex Pareja

Hay algo que siempre me ha causado curiosidad personal cuando pienso en un posible contacto con una raza de extraterrestres: ¿qué pensarían de nosotros? Obviamente, todos correríamos a destacar los aspectos negativos que poseemos y que nos convierten, posiblemente, en la especie más autodestructiva de todo el planeta, pero también tenemos muchas características buenas que probablemente otro tipo de raza intergaláctica no tendría. Algunos videojuegos han tratado de exponer este caso en multitud de ocasiones, pero me quedo con el análisis que hace la trilogía Mass Effect al respecto por muchas razones.

 

En Mass Effect encarnamos al comandante Shepard, en su versión masculina o femenina, que por diversas razones termina convirtiéndose no solo en el ser humano más importante de la historia del universo, sino también en una de las piezas básicas de su salvación al completo. BioWare crea un mundo habitado por diversas razas, cada una con diferencias palpables, incluyendo a los seres humanos tal y como somos en realidad (obviamente, somos los únicos que no son parte de la invención). Lo bueno es que además de la información que encontramos si investigamos por nuestra cuenta en multitud de escrituras, también aprendemos de las razas y de cómo ven a los seres humanos a través de las conversaciones.

 

Uno de los aspectos que más me gustan de esta trilogía es la posibilidad, entre misiones, de charlar tranquilamente con los miembros de nuestra tripulación, que forman parte de la multitud de razas existentes en el universo creado por el estudio. Ahí es donde nos damos cuenta de cómo nos ven desde el exterior y de cómo son ellos, descubriendo las diferencias y aprendiendo más sobre el asunto con la propia curiosidad de Shepard como justificación. Evidentemente, todos las razas extraterrestres destacan los puntos negativos más obvios de nuestra especie: somos egoístas, envidiosos, rencorosos, superficiales y racistas con el resto, pero casualmente también destacan siempre como un aspecto positivo y diferenciador la propia diversidad de nuestra especie. Mientras que ellos suelen ir al unísono, siempre pensando en el grupo por encima del ente individual, los humanos somos bien diferentes entre nosotros, con pensamientos individuales y motivaciones que nos llevan a chocar con nosotros mismos. Eso es lo que destacan los seres extraterrestres de Mass Effect, además de una capacidad artística innata en muy diversos campos que tampoco comparten el resto de razas galácticas. 

 

Mass Effect

 

Es ficción, evidentemente, pero es emocionante descubrir este tipo de facetas en un videojuego, que se acercan a algunas preguntas que probablemente nos hagamos en nuestra vida real y que se responden dentro de un contexto creado. Los seres humanos somos inferiores en muchos aspectos a otras razas mucho más avanzadas, en parte por lo diferentes que son los ideales que mantenemos entre nosotros mismos y que siempre nos mantienen en guerra constante, pero ello también se termina destacando como una virtud diferenciadora.


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