La oscuridad de Resident Evil Revelations 2

El 'terror' de los ya mal llamados Survival Horror es algo terriblemente subjetivo. A mí no me funciona lo de sentirse indefenso, tener una densísima niebla alrededor o una casa llena de zombis, los ruidos altísimos y repentinos, la música de tensión, el gore o el susto fácil (o al menos en videojuegos, hay que verme huír despavorido por una abeja, o habría que verme ante el maldito perro-araña). Pero Resident Evil Revelations 2 me ha hecho sentir una tensión que no sentía desde el momento de volver a la Ishimura en Dead Space 2, y ni siquiera es por los mismos motivos.

Revelations 2 hace muy bien el tema de gestionar las habilidades de cada personaje de cada pareja y obligarte a utilizar a ambos, aún sabiendo que con uno ves peor y con otro no puedes disparar, y esto, según qué tipo de jugador seas, puede llevarte a tener una tensión extra.

Como jugador-urraca que soy, que va a todo lo que brilla, mi elección es explorar primero todos los escenarios con el personaje incapaz de disparar para destacar todos los objetos ocultos. Más munición, materiales de crafteo, joyas con las que ganar PB... Lo que sea. En el caso de Moira, que lleva la linterna pero no dispara aunque se puede defender, la exploración es más rápida, acorde a los tipos de escenarios que visitamos. Pero explorar con Natalia, la protegida de Barry que sencillamente señala enemigos y objetos ocultos, es un tema más delicado.

Y en Resident Evil Revelations 2 hay todo tipo de ambientaciones, más o menos un par de localizaciones o ambientaciones clásicas por capítulo. Desde la fábrica hasta el alcantarillado, pasando por cavernas, zonas neblinosas, un matadero sangriento, un pueblo abandonado, una zona urbana en ruinas,... Pero la zona que se lleva la palma es el bosque, un bosque que recorremos con Barry y Natalia en la más profunda oscuridad, sólo acompañados por una linterna que, cabe decir, no ilumina mucho, y que no nos permite ver si hay enemigos o no hasta que los tenemos muy cerca, ya que antes sus siluetas se saben camuflar entre las de los árboles.

Es una zona en la que no se dispara mucho y en la que el jugador-urraca tiene mucho donde explorar. La sensación de desorientación sería un añadido interesantísimo, pero quizá sólo enfangaría un poco la experiencia haciéndose más larga de la cuenta, y por eso podemos llegar a conseguir un mapa, pero no es un mapa con todas las de la ley sino que funciona más bien como una brújula, un pequeño elemento con el que sólo podemos tener en pantalla las áreas más inmediatamente cercanas que, en mitad de un bosque, sólo sirve para saber si vamos en la dirección correcta, pero no qué hay por medio.

Esta parte de la que os hablo en concreto forma parte del primer episodio de Resident Evil Revelations 2, y por 6€ es algo que merece la pena experimentar, ya que no muchos juegos hacen tan buen uso de la (ausencia de) luz, algo que se sigue aprovechando a lo largo de varias partes más de Revelations 2, entre cuevas y cloacas, pero que cuando más impresiona es a la intemperie, cuando en otros juegos estamos acostumbrados a ver y distinguir casi perfectamente a pesar de estar 'a oscuras'.