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La nostalgia con Destiny

'El dolor de una vieja herida'
Por Tipo de Incógnito

Os presento al Rompehielos, un arma del Año Uno de Destiny que está perdida en los anales de la historia en tanto que es demasiado potente, demasiado injusta y demasiado desequilibrada para funcionar en el esquema actual del juego, ya sea en una raid, donde la gestión de la munición importa; en el PVE, donde permite matar a jefes usando trucos un poco feos; o en el PvP, pues tener un arma de munición que se recarga constantemente no es precisamente lo mejor en un modo que tiene un problema de camperos.

 

Y sin embargo, lo echamos mucho, mucho de menos. El Rompehielos, como muchas otras armas que ya no están disponibles en Destiny, nos ha regalado muchas y buenas experiencias. Algunas de ellas, ni las recordamos, pero todas ellas suman algo al juego que Bungie no podría haber previsto cuando lanzó esa cosa rara y rota e incompleta en 2014. Pese a tener dos años recién cumplidos, Destiny ha dejado un poso muy importante en sus jugadores, y estos empiezan a sentir la nostalgia.

 

 

Este 'dolor que regresa' – la etimología de 'nostalgia' es quizá de los más bonitos de nuestro vocabulario, sobre todo si la recuerda Don Draper – es un fenómeno bonito. Quizás hoy en día se esté explotando demasiado por una generación empeñada en mirar atrás en lugar de mirar a su futuro e intentar hacer algo significativo con él. Personalmente, veo un problema en remakes como el de Jumanji, el regreso de Star Wars u otros homenajes a los 80, como Stranger Things. 

 

La nostalgia puede ser un arma peligrosa porque nos impide avanzar, pero eso no parece algo que impida a Destiny mejorar con cada nueva expansión, incluso si se recuperan armas como el Gjallarhorn. Recuperar este lanzacohetes es, sin duda, es una concesión a esa gente que echaba de menos destrozar enemigos de un solo cañonazo y que recuerdan la sensación de que te toque este raro, imposible, artilugio. El tiempo, incluso dos años, convierte la amargura de no poder jugar una raid por no tener el Gjallarhorn en la felicidad que sentiste al conseguirlo. 

 

162570Fatebringer

Echo de menos las primarias con daño elemental...

 

Es una espada de doble filo, mirar atrás y recordar por qué Destiny nos ha enganchado y nos ha gustado tanto, porque no se recuerda todo lo malo que tenía y porque, incluso si se recuerda, se idealiza. "Oh, ¿te acuerdas de aquella vez que os tocó el Predestinador a todos menos a mí?" Eso es una mierda, pero que ahora recordamos y nos reímos. Destiny ha marcado a mucha gente porque se ha vivido en comunidad, y eso hace que lo malo se convierta en anécdota.

 

Y sin embargo, Bungie intenta seguir adelante y deja atrás lo que no funciona y trata de hacer cosas nuevas, incluso si el loot sigue siendo frustrante. Es un fenómeno curioso que Destiny genere nostalgia en tan poco tiempo, pero es que muchos hemos empleados cientos de horas en él y hemos vivido cientos de experiencias una y otra vez, con ligeras modificaciones, sí; pero hemos estado atrapados en el tiempo y hemos dado vueltas en él hasta emborronar nuestros recuerdos y dejar solo las sensaciones.

 

Eso también lo hace un buen juego. Quizá eso, borrar por completo la nefasta historia dejando solo las sensaciones, o mejor dicho, el recuerdo de las sensaciones, es lo que lo hace tan especial para algunos más allá de sus mecánicas de tragaperras. En el momento, Destiny es injusto y una adicción. En el pasado, es un recuerdo de experiencias extrañas vividas en grupo. En el futuro, es una esperanza de que será mejor. Y Bungie, creo, sabe que es así y lo explota muy bien.


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