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La musicalidad del género Metroidvania

Último fracaso: Strider
Por Toni Piedrabuena

En el GameLab de 2012, Óscar Araujo atendió preguntas tras una excelente conferencia que dio sobre la música de Castlevania. Ante mi primera experiencia a los mandos de Mirror of Fate, me fue inevitable preguntarle a propósito del silencio que se respira en toda la producción de Nintendo 3DS y si había alguna intención en ello. Ni corto ni perezoso, el de Vic me contestó que a él le molestaba cuando una melodía martilleaba sus tímpanos en bucle. Me pareció una opinión respetable, pero una contestación, como mínimo, y dada su posición, osada.

 

La exploración de los juegos que precedieron a la familia Castlevania actual siempre contaron con una musicalidad que, en prácticamente todos los casos (tú no, Harmony of Dissonance) logró capturar la esencia de la serie vampírica de Konami e intentar, además, llenar el vacío de las horas de explorar mazmorras, descifrar acertijos o, sencillamente, subir unos cuantos niveles a costa de los caballeros con hacha. ¿Logró ese efecto lúgubre Mirror of Fate sacrificando su musicalidad? En absoluto. ¿Han sabido en Double Helix llenar ese hueco musical en su Strider? Menos.

 

 

Son experiencias relativamente largas, en las que todo lo interactivo para con el jugador resulta vital para su éxito, pero la tradición impuesta por Yamane nos lleva a querer escuchar una banda sonora a la altura del resto de apartados impuestos para el retorno del ninja lila de Capcom. Ya comentábamos hace unas semanas sobre el cambio de las personalidades de sus protagonistas en la empresa de Osaka, pero si has llevado a protagonizar un homenaje con el tema principal de la serie en el aterrizaje del protagonista, ¿qué importaba continuar abusando de la librería sonora de los japoneses?

 

Pocas empresas supieron capturar a finales de los ochenta y principios de los noventa lo que significaba el sonido para el videojuego, es por ello que cuando empresas nuevas intentan ponerse a la altura con sus creencias particulares o sus vacuos intentos por mejorar lo inmejorable en una excelsa y gloriosa Konami pasada o una Capcom inspiradísima, la situación acaba en desastre. Y con Strider, de momento, está ocurriendo eso mismo. Y es una lástima teniendo en cuenta el partido que se le podría haber sacado al pasado para traer al presente a uno de sus más importantes héroes.

 

Ya en su momento, con Strider 2, con Marvel VS Capcom, Namco X Capcom o el reciente Marvel VS Capcom 3 se apostó por el pasado del protagonista… ¿Qué habría importado rendirse al pasado en pos de la sonoridad que durante tanto tiempo escucharemos mientras dura nuestra partida?


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