Juegos de antes de ir a dormir
Estos días me ha tocado currar en el turno de noche en la radio. Aunque no he tenido demasiados problemas para mantenerme espabilada, no son pocos los consejos que me han dado para poder seguir con el cerebro en activo. Café, bebidas energéticas, un libro para leer, escribir en Mundogamers... Sí, opciones había muchas, pero me sorprendió que entre ellas no hubiera un “llévate la 3DS y vicia al Zelda en tu tiempo libre”. Son bastantes los estudios que nos dicen que los videojuegos (y los móviles. Las pantallas en general, vamos) son perjudiciales para el sueño y no se recomienda jugar justo antes de ir a dormir. Los sentidos, las pulsaciones, los nervios... Todo se nos activa al jugar y nos cuesta conciliar el sueño. No obstante, yo me pregunto, en el supuesto de que no lo fueran, ¿cuáles serían los videojuegos perfectos para antes de irse a dormir?
Supongo que, a pesar de hallarnos en este mundo imaginario en el que no fueran malos, primero tendríamos que seguir unas pautas. No todos los juegos nos relajan y nos permiten acomodarnos en nuestro mullido colchón. Para empezar, los juegos de acción rápida deberían quedar totalmente descartados. Eso incluye shooters, plataformas frenéticos o juegos de pelea, los cuales me llevan al siguiente punto: Que no nos “piquen”.
¿Quién de aquí juega a League of Legends y estudia? Vamos, vamos, levantad las manos, no seáis tímidos. Bien. Ahora decidme, de los que habéis levantado la mano, ¿quién dice “venga, una y me pongo a estudiar”? Y para los que no estudiéis, ¿cuántas han sido las de “una y a dormir”? Y he dicho el LoL por poner un ejemplo bastante sencillo, pero como él, miles. No, juegos que consistan en partidas de aproximadamente 20-30 minutos y en los que puedas perder estúpidamente tampoco deberían estar recomendados para nuestro menester. Porque sí, porque sabes que vas a acabar diciendo “Joder, vaya mierda, podría haber ganado, voy a intentarlo otra vez”. Y luego está el de “Eh, estoy en racha de victorias. Tengo que aprovecharlo”.
Que no te dejen con la intriga. Esto es algo que me ha pasado también con muchos libros. El típico “OH DIOS, NECESITO SABER QUÉ PASA AHORA”. En la literatura o a la hora de ver una serie, creo que no es tan peligroso como en los videojuegos, ya que en estos últimos nosotros somos los protagonistas y necesitamos estar todavía más atentos a lo que ocurre. Así que nada, suspense e intriga, descartado también.
So... ¿Una buena historia o algo sencillo? Si la buena historia no va a dejarnos a la mitad cuando nos acostemos, vale. Pero si no queremos arriesgar, lo mejor sería ir a por algo sencillo, algo que, cuando apaguemos la consola o el ordenador, no nos deje la sensación de que nos falta algo, o nos lleve a darle vueltas a la cabeza y nos quedemos mirando al techo tres horas más. Claro que también puede haber gente que eso le ayude a dormir, nunca se sabe. En mi caso, yo tiraría más a juegos de no pensar.
Y con estas pautas básicas, vamos dándole forma al juego perfecto para dormir. Hemos descartado varias posibilidades, pero, con ello en mente, ¿cuál debería ser, pues, el género adecuado? Me parece que los más sencillos son los que mejor vendrían para llamar a Morfeo. Una aventura gráfica es, quizás, la mejor opción. ¿Recordáis mi recomendación acerca de El Día del Tentáculo? Pues ahí queda eso. Pero también están esos juegos olvidados por los que somos amantes de géneros más complejos: “los de móvil”. No los del estilo de Plantas vs Zombis, sino otros más rollo Candy Crush o Triple Town. Esos sí que son de no pensar. Bueno, al menos, no demasiado.
Pero sí hay pequeñas obras de arte que, como los mejores libros, nos pueden dejar ese gustirrinín de antes de dormir son cositas como flOw. Tranquilo, simple, mágico, y con un sonido maravilloso. Un juego así sí que me ayuda a recostarme en la cama y esperar, mientras me deslizo por el azul del infinito, a que Sandman deje caer arena en mis párpados. Y con Flow creo que también puedo incluir Journey y Flower. O Today I die. Esos son los juegos que te dejan la media sonrisita pegada a la almohada.
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