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Hijo, entrega tu arma digital y tómate un helado.

Ben&Jerry's por juguetes y videojuegos violentos
Por Rafa del Río

El condado californiano de Marin -llamado así seguramente por la hermana de Seiya-, va a convertirse en escenario de excepción del primer paso de una de esas actividades multitudinarias adoradas por la prensa generalista que se basa en el viejo clásico de 'cambia tu juguete violento por un -inserte aquí el producto a promocionar-'. Tal y como recogía la publicación Joystiq enlazando al periódico Marin Inquirer, la semana pasada, Ed Berberian, fiscal del distrito del citado condado, se ha unido a la compañía de helados Ben&Jerry's y el Centro para la Paz Doméstica para llevar a cabo una iniciativa de cambios en la comisaría a principios del mes que viene. El día 4 de octubre, los padres e hijos que se acequen con un arma de juguete o un videojuego violento recibirán a cambio un helado de la famosa marca estadounidense.  

 

El tipo parece majo

Y es que, cuanto más leo de Ed Berberian por la red, más cariño le cojo. No sé si es por su carrera, que cuenta con varios casos desagradables a sus espaldas, por ese pelito blanco a lo Frank Drevin -a.k.a. Leslie Nielsen- en Agárralo como Puedas, o por su anterior iniciativa, en la que mediante un programa de 're-compra' sacó de las calles casi 900 armas reales, lo que en un estado como California no deja de ser interesante. 

 

ed

Ed Berberian (Dcha.) en el caso de Joseph Naso, un asesino en serie de mujeres.

 

Incluso cuando habla, el amigo Berberian lo hace bien: 'por lo que sabemos, la gran mayoría de los casos de violencia doméstica son contemplados por los hijos de la pareja en conflicto. Son niños que crecen con la violencia familiar como una constante (...) Esos chicos llevan sus experiencias a la vida adulta, y a veces suelen repetir los patrones de violencia contra su unidad familiar'. Algo que no ocurre siempre, pero que sin embargo está demostrado que sucede en alto porcentaje de ocasiones. Sea como sea, Berberian parece un buen tío...

 

...Pero ya no sé qué pensar de la iniciativa.

O mejor dicho, ayer cuando escribí el borrador de esta noticia tenía clarísimo que era una estupidez, que no era más que una forma de promocionar nombres, productos y a algún tipo grande de la Casa Blanca a golpe de poco esfuerzo y mucha fama. Hoy, después de leer la forma en la que otros medios han tratado la información, ya no estoy tan seguro. Llamadme prepotente, pero cuando veo que mi opinión coincide con la de otros medios tiendo a suponer que es porque no he pensado suficiente y hago el esfuerzo de seguir buscando. Si os pedimos a los lectores de Mundogamers que vayáis más allá del simple 'llevo jugando diez años a videojuegos y nunca he matado a nadie con una katana', ese esfuerzo a la hora de tratar una noticia es lo mínimo que podemos y debemos hacer. 

 

Ayer...

Tenía muy claro que al bueno de Ed Berberian le habían mareado la perdiz entre el Centro por la Paz Doméstica, la compañía heladera y, probablemente, algún tipo de Washington que pretende llevar la iniciativa all around the UNITED STATES OF AMERICA WOOOHOOO!!. Algo del tipo de: 'Eh, Ed, o haces esto o vuelves a tu carrera como abogado de oficio'. Ayer pensaba que todo esto de los helados a cambio de pistolas de juguete y de callofdiutis y asasinscrids era una estupidez.

 

Una estupidez porque, como bien dice el propio Berberian, son muchos los factores que inciden en la violencia de género, con un alto componente socio-hereditario, y los videojuegos violentos y las pistolas de juguete no entran dentro de estos factores. 

 

Una estupidez porque no iba a dejar de ser un GAME a lo comisaría de policía. Una iniciativa en la que los chavales se desharán de los juegos que ya no quieren a cambio de una palmadita en la espalda de papá y mamá y un helado que, teniendo en cuenta el precio al que van los puñeteros Ben&Jerry's, saldrá más rentable que los vales que dan a veces en las tiendas de videojuegos. Me los imaginaba en casa, buscando un juego de alguna consola obsoleta, y sus padres, orgullosos, pensando en lo concienciado que estaba el zagal.    

 

 

Y una estupidez, en fin, porque al final la inciciativa sólo iba a servir para que cuatro idiotas con ínfulas se dieran golpecitos en el pecho. Pero como os digo, éste punto de vista lo he encontrado compartido por los cuatro medios de prensa serios -especializados o no- que han tratado la noticia como merece. Oh, ha habido otros medios menos serios -especializados o no- que han degradado a Ed Berberian a abogado local, que han escrito el nombre como Ed BArberian (yeah, con a, casi como Conan), y una gran mayoría que ha querido llevarlo todo al terreno del victimismo gamer y el 'se meten conmigo por ser videojugador'.  

 

Hoy...

Hoy le he dado un par de vueltas a la noticia y, tras dedicarle un rato a la iniciativa, creo que he comprendido, al fin, lo que se oculta detrás de ese intercambio. La gracia es que el quid de la cuestión no radica en el intercambio en sí ni en sacar esos videojuegos y juguetes violentos de las casas de los adolescentes. No se trata de arrebatarte tu afición ni de que si dejas de jugar a Battlefield serás un buen marido o si dejas de jugar a pistoleros con las pipas de plástico del todo a cien con la vecina de al lado no le pegarás a tus hijos el día de mañana. Eso seguiría siendo una estupidez hoy, mañana, y siempre. Lo importante de la iniciativa no es la forma, si no todo lo que la rodea.

 

El lugar, la comisaría, que se viste de fiesta para darle un helado a los chiquillos, que presenta al policía local como ese vecino amable con el que se puede hablar y no como ese tipo armado que pretende joderte la vida cada vez que se te ocurre hacer algo divertido. Es una cuestión de acercamiento y de romper barreras, de cambiar una mentalidad social vendida por interses políticos en la que los tipos de azul son el enemigo y te pegarán sólo para poder limpiar después sus porras.

 

policia

 

La actividad social de pasar un sábado con tus padres, de reunirte con otros chavales y, ¿por qué no? hablar de juegos, de clases, de lo que sea mientras te tomas un helado. Una forma de propiciar el sábado en familia y con amigos, lo que es bastante saludable pra los hijos, especialmente en el periodo adolescente

 

Y por supuesto, el mensaje. Ya os digo que no es tanto el 'sacar los videojuegos violentos del mercado', lo que sería una soberana gilipollez, como un simple 'mira, chaval, puedes jugar a videojuegos violentos, pero también puedes prescindir un día de ellos un rato, tomarte un helado con tus padres, traerme un juego de PSX y yo haré la vista gorda y haré como si fuera de PS4'. Mandar un mensaje que es doble, y que por un lado va al gamer de una sociedad como la estadounidense en la que hay chavales que viven dentro del exclusivo ámbito de la violencia, a los que informa de que hay otras cosas, otras formas de socializar y múltiples maneras de divertirse. Y un mensaje también al mundo: '¿Decía que los videojugadores son criaturas extrañas que viven pegados a sus monitores y sólo piensan en matar? Pues mirad, aquí están tomándose un helado tan ricamente y disfrutando con sus padres y sus amigos'.  

 

helados

 

Resumiendo

El mundo es, en ocasiones, un sitio muy jodido en el que vivir. Un lugar en el que la sensación de ser incapaces de seguir adelante lleva a los cobardes y los débiles a acabar con su propia vida y la de sus seres queridos, a dañar a las personas a las que aman y a convertirse en justos objetivos de toda la ira de la justicia y la sociedad a la que nos repugnan tales comportamientos y nos hacen arder de rabia a duras penas contenida.

 

Puede que esta iniciativa sirva para poco más que para que los chiquillos pasen un día con sus padres y para que vean que no todo es como ellos piensan pero, qué demonios, a mí con eso ya me vale. Tengo claro que si dentro de unos años lo hacen en España iré con mi hija, y no lo haré porque piense que los videojuegos son malos ni porque considere que la violencia no es otra cosa más que una de las facetas de la naturaleza humana conectada con el instinto de supervivencia. Ná. Iré porque disfrutaré de su compañía, porque así podrá ver un poco más de mundo y porque bendita sea cualquier actividad que sirva para completar esas pequeñas casillas de la ficha de personaje que rellenamos poco a poco cada día de nuestra vida.

 

¡Nos leemos!


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