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Hearthstone, un F2P ejemplar

Poniendo el 'juego' en el juego de cartas
Por Víctor Junquera

Es normal que hubiese dudas sobre si Hearthstone: Heroes of Warcraft debería o no aspirar al título de GOTY, pero hace ahora medio año las miradas se centraban más en el hecho de que fuese un juego free-to-play que en el hecho en sí de llegar a considerarlo como un juego. Os hablaba de ello por aquel entonces, y hoy no hay ninguna duda: Hearthstone es un videojuego.

 

El estigma del F2P que han dejado tantos y tantos títulos que basan su monetización en obligar al jugador a esperar o en someterle a un desafío injusto siempre que decida no pasar por caja se nota. Aún hay gente reacia a pasar por Hearthstone (y ni hablamos de otros como League of Legends) sólo por pertenecer a lo freemium o por la creencia de que es más bien un pay-to-win que un free-to-play, pero yo ya he podido hacer de todo en Hearthstone sin gastar ni un sólo céntimo, y sigo queriendo hacer más.

 

Claro que no puedo competir contra los mejores, ni me lo planteo, ni aunque tuviese las mejores cartas tendría la cabeza como para crear los mejores mazos y aprovechar las mejores estrategias. Pero juego, contra otros en igualdad de condiciones o contra la CPU en desafíos variados, y nunca cesa la sensación de diversión.

 

 

La igualdad de condiciones no viene sólo por esas cartas, me explico. Hearthstone es un juego al que dedicarle mucho tiempo, pero de alguna forma Blizzard consigue que quieras dedicárselo. Como en todo juego de la compañía, el tutorial y los primeros pasos hacen mucho por atraparte sin que te enteres, y ya en esas partidas se ve que es posible ganar sin necesidad de un tropel de cartas legendarias. La igualdad de condiciones viene por el azar. Es igual para todos, hasta que se demuestre lo contrario. Da igual que inviertas una millonada en sobres, que los compres poco a poco con las monedas ganadas por jugar o que te toquen en la Arena, más sobres no tienen por qué implicar mejores cartas, aunque al final puedas aprovechar las sobrantes para crear la carta que buscas. Pero por supuesto, ha de existir algún elemento que favorezca a quienes más juegan y que ante primerizos funcione más como un «quiero llegar a tener eso» que como un «abandono, nunca ganaré a eso».

 

En cualquier partida hay algo de recompensa, y no es tanto un simple 'mata-ratos' como un constante proceso de aprendizaje. Con Hearthstone me pasa algo peculiar. No desatiendo a ninguna obligación por adicción ni nada de eso, pero juego prácticamente a diario. Hay quien se echa un FIFA en cuanto tiene un ratillo libre o hay quien se come un bocata, yo siempre tengo Hearthstone a mano, para un rato muerto o por despejar la cabeza, es un juego al que no me cuesta nada volver y del que no me cuesta nada salir, una o dos partidas y listo, ya he ganado algo, sea el vencedor o no de esas partidas.

 

Quizá donde sí se podría mejorar de alguna forma o donde sí se podría notar algún tipo de desigualdad es al principio de cada mes, cuando los rankings vuelven a empezar y cuando muchos tops se juntan con mid-players y muchos mid se juntan con los más novatos hasta que se empiezan a escalar rangos, pero al fin y al cabo, nunca existirá el matchmaking perfecto, y quién sabe, algún pro se puede llevar una buena sorpresa (fantástico vídeo).

 

 

Y ahora con la nueva expansión para un jugador uno se da cuenta de que no hay fallo posible. No es como quien tiene una revista de crucigramas y va haciendo poco a poco, no. Hearthstone es un videojuego con todas las de la ley, y además uno de esos rara avis que ofrecen cada vez más. Más variedad, más desafíos, más diversión,... Sin necesidad de pagar más.

 

La expansión Montaña Roca Negra me ha divertido mucho más que La Maldición de Naxxramas, y aunque por mi forma de jugar puede que no vaya a sacar tanto partido a ninguna carta de esta expansión como al Eructador de Lodo, a Loatheb o a Kel'Thuzad, sí que me planteo volver a ella por simple diversión, por probar nuevas estrategias en circunstancias que de ninguna manera dará el PvP y que me han parecido más originales aquí que en Naxxramas. Lo que os comentaba tras las primeras dos partes de la expansión era sólo el principio.

 

Lo que sí es cierto es que no pagaría por ello. Mantiene su formato F2P por permitir pagar cada ala de la expansión por 700 monedas de juego, en lugar de pagar 5,99€ por cada parte o 25€ por todo el pack. Al menos, si hablásemos en términos de DLC, al menos sería uno de esos que no segmentan a la comunidad, que permiten jugar con quienes lo tengan aunque tú no.

 

Pero es algo diferente, claro. Hearthstone es un juego de largo recorrido, al que dedicarle mucho tiempo, poco a poco, y estas expansiones siempre estarán ahí. Si no tienes prisa por ganar, tampoco tendrás prisa por hacerte con estas aventuras, pero desde luego merece la pena sacrificar unas monedas de oro en ir viendo poco a poco todo lo que se puede sacar de 'un simple juego de cartas'.


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