Hacer juegos con licencias Fast Food Style
Los juegos de LEGO están de rebajas en la store; títulos divertidos con humor, aventuras y respeto al personaje que dibujan con piezas de LEGO, pero solo de manera individual. Si coges a uno solo de ellos y lo analizas te encuentras un buen videojuego, uno sólido y entretenido, una rica fruta que comer; pero al verlos todos juntos es como ver un montón de frutas todas iguales en una caja, expuestas en la plaza.
Los juegos de LEGO tienen su sota, caballo, rey bien claro. No importa la licencia, lo que va evolucionando es la manera de hacerlos de la desarrolladora, pero mejorando la propuesta general, no tanto la particular. ¿Y por qué hacerlo? LEGO Jurassic World, hace cuatro días, seguía siendo el juego más vendido tras su lanzamiento, semana a semana, en Reino Unido.
Hay desarrolladoras que hacen juegos como churros. No importa de dónde provenga el churro o sus idiosincrasias particulares, ellos lo tiran a la freidora, lo sacan, le ponen chocolate o crema para que no veas que es el mismo churro una y otra vez… Y a vender como churros, nunca mejor dicho; porque lo cierto es que venden, y muy bien. TT Games no es la única. Ahí tenemos a Omega Force y sus chorrocientos musou sobre anime, que funcionan igual y Telltale Games, que mal que me pese porque sus The Walking Dead me encantaron, cogen esa misma fórmula y a producir.
Con esto cubrimos el espectro de adaptaciomes de películas, japonesadas y producciones gafaspateriles, pero madre mía. A mí lo que me toca más de cerca es lo de Telltale Games. Tengo todavía el Tales of Borderlands ahí a medias porque es como jugar al The Walking Dead pero sin intensidad y con chistes muy malos. Estas tres desarrolladoras han generado una buena base que parece que lo acepta todo; lo de Minecraft es hasta de chiste, pero a su vez lo devora todo sin dejar ni los huesos de la idea original que se meten en la boca.
A lo que me refiero con esto último es que aunque sí que entregan adaptaciones potables, por venir de un proceso de prefabricación en el que todo está medido, se pierde la esencia original porque esta no acaba de adaptarse bien a las mecánicas jugables, que llegan heredadadas de títulos anteriores de la misma desarrolladora. Por fortuna, sigue habiendo gente como Rocksteady que organizan una jugabilidad propia para un héroe único, que no solo adaptan con genialidad, sino que hasta son capaces de aportar nuevos valores al videojuego.
Es una lástima que las licencias acaben de la mano de la gente y peor es que vendan. ¿Para qué se van a currar un juego de rol gordo de One Piece si ya Omega Force te saca un musou que despacha como churros? Sí, es divertido, pero por los motivos aquí expuestos.
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