Hacen falta buenos juegos de dinosaurios
El mercado está sobresaturado en algunos aspectos, y en otros, sin embargo, permanecen casi sin explorar. Todos hemos sido soldados que tienen que salvar el mundo del invierno nuclear, hemos sido miembros de un equipo de élite encargados de detener a un peligroso terrorista, y fijo que son incotables las veces que hemos sido despertados el día de nuestro cumpleaños para que nuestro tío nos de una espada y nos explique lo que de verdad pasó con nuestro padre.
Hay géneros y mecánicas que se repiten hasta la saciedad en el mundo de los videojuegos mientras, otros, se sobreexplotan para luego quedar abandonados o ni siquiera han sido tocados todavía. Una lástima.
¿Recordáis los grandes juegos sobre dinosaurios? Creo que hace poco uno de mis compañeros habló de ello, así que no voy a enrollarme mucho, pero tíos... Cadillac and Dinosaurs, Caveman Ninja, Turok, Dino Crisis... Y si contamos su presencia como enemigos chungos en juegos como Barbarian II, Tomb Raider 2, o Renegade III: The Final Chapter, apaga y vámonos.
Necesitamos buenos juegos con dinosaurios.
Lo necesitábamos antes de que The Hunter: Primal llegara a Green Light, pareció que la cosa prometía cuando alcanzó el Early Access y ahora que está ya en el mercado ha quedado claro que seguimos necesitándolo. Y es que todavía no entiendo cómo una idea tan buena como la de Primal ni cómo un proyecto tan interesante como el que presentaba, ha podido terminar por torcerse.
Pero vayamos por partes: The Hunter Primal se presentó hace cosa de un año al ser aceptado en Green Light de Steam. El juego, detrás del que se encontraban Avalanche Studios, los padres de Just Cause, y los especialistas en grandes entornos de Expansive Worlds, tuvo una acogida más que buena en Early Access, y los análisis eran tremendamente positivos hasta su lanzamiento oficial fuera del terreno del acceso anticipado.
Y la idea es buena
The Hunter: Primal, nos sitúa directamente en un planeta alienígena por explorar conocido como Eden. Como superviviente de un accidente aéreo, nuestra misión es, ante todo, sobrevivir, para lo que deberemos convertirnos en cazadores y, con el tiempo, ayudar a colonizar el planeta.
La idea es ambiciosa, y se traduce en unas primeras horas de juego angustiosas en las que no tenemos nada con lo que defendernos ni, ya puestos, taparnos. Poco a poco vamos aprendiendo a sobrevivir en este inmenso vergel, comprendemos cómo evitar los peligros, cómo colaborar para cazar, cómo escabullirnos del ataque de un temible T Rex... Una gozada, vaya.
El problema, sin embargo, es que los tipos de Avalanche no han sabido estar a la altura. Los problemas obvios de una versión propia de early access, problemas que eran fáciles de pasar por alto al tratarse de una versión previa al estreno del juego, han terminado dando como resultado unos problemas aún mayores al lanzar la versión final: Pocas especies de dinosaurio, un ecosistema absurdo que no se sostiene, una IA un tanto ridícula y unos pájaros que aprecieron el día del estreno y volvieron locos a los jugadores hasta que trataron de arreglarlo hace poco con un parche.
Necesitamos juegos de dinosaurios. Y no me refiero a Lego Jurasic World, aunque al parecer tampoco me refiero a The Hunter: Primal. La idea era buena, Avalanche, una pena que, al final, se haya quedado en el camino. Ojalá sean capaces de solucionarlo a corto plazo.
¡Nos leemos!
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