1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PC

Gone Home: ¿Qué le pedimos a los videojuegos?

Somos elásticos como bailarines
Por Rafa del Río

Somos elásticos como bailarines, y lo que funciona magistralmente en un videojuego puede ser un fallo estrepitoso en otro de género o concepción diferente. Estoy jugando como un loco -un loco muy feliz- a este Gone Home que nos ha venido de regalito con el Plus, y mientras vago por sus escenarios no puedo evitar sentir patadas a la memoria con una serie de rutinas y formas de ver las cosas que estuvieron muy de moda poco antes del cambio de milenio.

 

Obviando la poesía: estoy disfrutando mucho este Gone Home, y mientras me recreo con esta vuelta a las aventuras gráficas fotorealistas de los 90 bajo el nombre chachi de 'walking simulator', no puedo menos que preguntarme qué es lo que hace que nos adaptemos a una rutina en un juego y la coronemos como obra maestra, y qué hace que ese mismo motor, en otro título nos cause repulsa.

 

 

¿Es por el género?

La mansión de Gone Home podría ser la mansión de Resident Evil sin enemigos, una de las casa de Life is Strange sin viajes en el tiempo o la casona de Grey Matter sin ese olorcillo a Lucas Arts que destilaba el juego de la buena de Jane Jensen, madre del exitoso Gabriel Knight. La mansión de Gone Home podría ser el escenario de mil y un juegos, pero los esquiva gracias a su corte cotidiano y funciona porque lo que te invita es a la introspección y a las rutinas que conoces -tomando menor o mayor distancia- gracias a tu día a día en el mundo real.

 

Personalmente me gusta Gone Home porque tiene los mismos cimientos que la parte que más me atre de los juegos de Bethesda, ese explorar y solucionar puzzles mucho más allá de la batalla y el tiroteo fácil que incluyen estos últimos, y me encandila porque no me mete prisas ni me obliga a tomar senderos que no son los que me apetece o que, a la hora de la verdad, me estresan.

 

Gone Home me gusta más allá de su historia porque me sabe a los elementos de exploración que más he disfrutado en mis juegos favoritos: Shenmue, Fallout, The Elder Scroll... e incluso los juegos ya no tan bien valorados de Quantic Dream con ese aire de cotidiana cotidianeidad, valga la redundancia, que es lo que más atractivo me resulta cuando un título pretende lograr que me sumerja en su historia.

 

 

¿Qué le pedimos a los videojuegos?

Pregunto esto porque no deja de llamarme que compañeros y usuarios que han sabido apreciar en sus análisis y sus comentarios todo lo bueno que ofrece el juego de The Fullbright Company, no coinciden con mi criterio de valorar estas mismas rutinas en los juegos antes mencionados.  Os parecerá una chorrada, pero es un tema importante: ¿Se debe, quizá, a que le pedimos cosas diferentes a los videojuegos?

 

Jugando Gone Home me he dado cuenta de que todo es posible: Es posible aquellos que no valoran estas mismas mecánicas fuera del rebautizado walking simulator necesiten que las rutinas y las mecanicas de jugabilidad tomen el protagonismo de la experiencia para poder absorber toda su naturaleza, sí, pero también es posible que sea yo quien, al enfrentarme a un juego con este tipo de motores, se centre en los mismos, refugiándome en los elementos comunes del walking simulator y obviando todo eso de los tiroteos y las peleas de lo que hablaba más arriba. 

 

¿Qué le pedimos a los videojuegos? Gone Home me ha hecho pensar, y creo que, al final, lo que yo le pido a un videojuego es que me haga soñar, y lo que más fácilmente me hace soñar es aquello que roza y entronca con mi realidad más cotidiana. Quiero usar las herramientas de mi día a día para explorar estos nuevos mundos, y nada como un walking simulator para eso, aunque también quiera maravillarme con entornos, historias y sitios a los que sé que nunca tendré acceso. 

 

Por supuesto eso es tan sólo mi opinión personal. Habrá quien le pida a los viodeojeugos adrenalina, velocidad, acción, tiroteos y poder hacer cosas que no pueden hacer en la vida real, o tal vez historias, experiencias, conocimientos, simulación deportiva... Cualquier elemento que hacen, de esta nuestra afición, una tan completa y diversa. Y esto es genial. 

 

Vosotros... ¿Qué le pedís a los videojuegos?

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>