Final Fantasy XIV. Más de dos millones de jugadores
Ya somos dos millones de jugadores los que disfrutamos del reino renacido de Final Fantasy XIV. Y no es para menos. El juego es digno de ser disfrutado. Es bonito, bien diseñado y espectacular. Yo ahora mismo estoy disfrutando de la versión de PS4, una conversion a consolas del de PC que se deja jugar fantásticamente bien, con la misma calidad que el resto de elementos que dan forma al juego. Me resulta curioso que yo mismo le haya achacado problemas como el de las cuotas mensuales, pero nada más entrar en el juego, éste se asegura de que sepas de que el mantenimiento y la entrega de novedades será constante. Se anuncian parches, festividades como la de Pascua y nuevo contenido. La verdad es que, así, pagar duele menos. Algo que ya saben los que llevan disfrutando de los MMO desde siempre. Toca ver, por supuesto si el ritmo de estas entregas es suficiente para hacer olvidar el desembolso de la cuota, que una cosa es prometer y otra muy distinta mantener el ritmo.
Ya lo había leído en otros textos del juego, pero es que es totalmente cierto, este Final Fantasy XIV se vuelve a sentir como una entrega más de la saga desde el X. Los escenarios son preciosos, siendo capaces de ofrecernos esos escenarios elegantes, estilizados y llenos de fantasía. La saga de Square-Enix tiene una arquitectura muy propia pero que no siempre se descubre con claridad, aquí lo hace, como también en los dibujos de Amano. No en los últimos Final Fantasy XIII aunque sí en el X y en el XII. A mí me fascina, es una medievalidad moderna con tintes de Tolkien y retazos de entregas más contemporáneas que funcionan a la perfección.
El sistema de combate funciona muy bien, un Active Time Battle que te enfrenta en tiempo real a los enemigos que te encuentras en el camino. A medida que obtenemos nuevos niveles, conseguimos nuevas habilidades, claves para la supervivencia y que se ubican con maestría en los controles del mando. A través de R2 y L2 habilitamos ocho huecos por cada gatillo, y aunque es obvio que no rinde como en el teclado, es efectivo y acaba siendo tremendamente ágil e intuitivo, una vez que te aclaras con todas las opciones a memorizar, claro está. Es también un placer el encontrarse con amigos por el camino con los que masacrar a bichos en compañía, con una interesante curiosidad: al matar en una zona a un número determinado de ellos, aparece un boss que no es otra cosa que esa criatura en tamaño grande, y difícil de derrotar. Cuando esto sucede el título te dice que compartes un destino con el resto de jugadores a tu alrededor: acabar con ese ser, o envolviéndoos en un acontecimiento fortuito muy entretenido, consiguiéndole dar vidilla a un desarrollo tradicional de JRPG.
No es tan de aplaudir la caída en la tasa de frames cuando hay muchos personajes en pantalla , que sea un tanto difícil comprender el mundo en el que nos movemos en un principio, que la personalización de personaje sea tan escasa, que no te dejen unirte a servidores en los que se encuentran amigos tuyos por estar llenos y que hasta el nivel 15, el desarrollo se haga algo lento, con demasiadas misiones de recadero y exterminios ridículos. Sin embargo, una presentación fantástica, una jugabilidad perfectamente adaptada a la PS4 y un sistema de juego que se va abriendo poco a poco al jugador son motivos más que suficientes para tener una excelente buena impresión. Y a mí los MMORPG Online siempre me han dado grimilla.
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