Enganchados a Hearthstone

Cuando hace poco más de un año Blizzard anunciaba un juego de cartas ambientado en el universo Warcraft se arquearon muchas cejas. Y además gratuito, con el prejuicio que tenemos ante todo tipo de modelos freemium. Llega la beta, y quienes lo prueban aseguran que volverán. Se lanza el juego en PC y Mac hace poco más de un mes, y Hearthstone arrasa, y sigue arrasando con su lanzamiento final en iPad, cuando muchos aún siguen un tanto escépticos ante tanto clamor. No en vano, no deja de ser un juego de cartas en formato digital, no es un videojuego. Pero es gratis.

Ya sólo el hecho de que sea gratuito y que se pueda conseguir con tanta facilidad como hacerse una cuenta de Battle.net, descargarlo y empezar a jugar elimina muchas barreras que pudieran tener los juegos de cartas físicas. Dinero perdido si empiezas antes de descubrir que no te gusta o que no es un buen juego, la necesidad de gastar mucho más dinero en sobres adicionales para perfeccionar tu mazo... Aquí puedes elegir no gastar ni un céntimo, y aún así, no dejar de divertirte ni tener que esperar.

Hearthstone tiene muchos grandes detalles, no sólo con el jugador de cartas, sino con el videojugador, detalles de los que muchos deberían aprender a la hora de plantear un multijugador online en cuanto a diversión, competitividad y respeto se refiere. Teniendo en cuenta la cantidad de público que puede llegar a acceder al juego, tener sólo la posibilidad de saludar, agradecer o felicitar al jugador rival mediante texto es todo un detalle que evita problemas y hace que todo tenga un aire de fair play inusitado.

Empezar a jugar es tan sencillo como difícil es dejarlo. Tanto con mazos de cartas predefinidos como con uno construido a conciencia, todo está hecho para que al menos en cada turno puedas realizar una acción, sea útil o no, pero una acción ya es suficiente para no sentir que necesitas unas cartas en concreto para poder hacer algo, y que hasta el último movimiento pueda haber sorpresas evita desconexiones ante una mala mano inicial como quien se desconecta ante un gol al comienzo de un partido. Una partida normal puede durar de 5 a 15 minutos, y entre los premios y las rachas de victorias, es el tiempo suficiente para que al terminar, ganes o pierdas, siempre apetezca echar la siguiente partida.

Añade además el saber que tras superar los retos diarios o varias rachas de victorias y acumular monedas, podemos gastarlas en participar en la Arena, que por muy mal que lo hagamos siempre tendremos al menos un sobre de cartas nuevo, o directamente en un sobre sin rodeos. Y ojalá me hubiesen dicho con Magic, Pokémon TCG o Leyenda de los Cinco Anillos que tras cada veintena de partidas tendría un sobre extra, gratis.

Viéndolo así, como un juego accesible, entretenido y en el que es muy fácil empezar y seguir sin sentirte abrumado por pros o gente con mazos poderosísimos, se olvidan incluso los pequeños problemas como fallos de conexión muy ocasionales o problemas más grandes como el desequilibrio tan brutal de algunas clases como el Cazador con sus combos de perros, lobos y carroñeros.

100% recomendable.