En World of Final Fantasy vive Tetsuya Nomura
Me gusta mucho Tetsuya Nomura, y por eso World of Final Fantasy me transmite buenas sensaciones, porque hay mucho de él ahí. No estoy valorando si Nomura es o no una figura crucial en Square Enix, si es un autor de calidad fuera de toda duda o que sea bueno, lo único que digo es que me gusta, a título personal, cómo influye con su presencia en la construcción de las historias del videojuego en las que participa. Me fascina cómo diseña a sus personajes en lo personal y el aroma que se respira en los títulos en los que él está involucrado. Si a vosotros Nomura y sus personajes pelofiesta os da grima, no me juzguéis muy severamente, tened en cuenta que también me gustó Final Fantasy X-2 y Metal Gears Solid V me parece uno de los mejores juegos de la generación. Son solo pasiones personales, qué sabré yo.
El videojuego en el que mejor se comprende a Nomura es en Kingdom Hearts, un videojuego que es parte del alma de World of Final Fantasy. En ambos, se mezclan personajes vitalistas con mundos rotos, una idea que persiste en los trabajos en los que Nomura está involucrado; claro que en la aventura de Sora él dirige y en World of Final Fantasy este puesto le corresponde a Hiroki Chiba. Tetsuya Nomura se encuentra formalmente solo en el arte del juego, pero también en su espíritu.
El encuentro de las ganas de vivir del personaje jugable y la tendencia a morir del mundo de juego se suelen expresar de una forma común en la obra de Nomura: con la caída, con unos personajes que sucumben y que solo saben mantenerse en pie con el auxilio de sus sueños, como si estos fueran el pegamento que los unen con la realidad, y al hacerlo, también con los universos en los que viven o pretenden salvar.
Algo similar podemos encontrarlo también en Final Fantasy XV, un videojuego en el que Tetsuya fue su director antes de ser sustituido por Tabata. En él, Noctis también hace su propio Deep Dive, solo que aparece formalizado por una grave enfermedad que casi lo mata cuando es niño. Eso le cambia y le hace trascender del mundo de la infancia al mundo de los adultos que rechaza. Estas situaciones las suele vivir el personaje protagonista, que acaba siendo apoyado por el amor o el empuje de un personaje femenino, de la hermana de World of Final Fantasy, de Kairi o de Luna. Al final, todo acaba formalizándose como un proceso de maduración en el que la psique del personaje, su mundo interior y sus anhelos se acaba expresando con el cruce entre mundos, así como la amenaza constante de que aquel que controlamos vuelva a caer.
Con este artículo os animo a buscar de esta manera a Tetsuya Nomura en los videojuegos en los que participa, pues todos acaban adoptando retazos de esto que cuento para definir a sus personajes. Nomura es algo más que pelazos, protagonistas andróginos y caras tristes, y por eso me gusta encontrármelo en videojuegos que no lo espero, como en World of Final Fantasy.
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