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El difícil trabajo de los encargados de prensa, redes sociales y comunidad

La prensa y los usuarios somos un coñazo
Por Rafa del Río

La industria de los videojuegos es un ente delicado, una macroestructura formada por multitud de estructuras a la vez dividida en diversos puestos y funciones que forman el todo que, al final, observamos como una única realidad a pesar de la naturaleza plural que esconde.

 

Por decirlo en cristiano: en una empresa de videojuegos trabaja un huevo de gente, cada uno con sus funciones y sus labores propias. Son los que más en contacto están con nosotros, la prensa y los usuarios, los que a veces se comen más marrones sin que nos demos cuenta siquiera de lo puñtero de su trabajo. Aprovechando lo que hablábamos ayer de Sony y su dejadez con el servicio Playstation Plus, me gustaría romper una lanza a favor de quienes están en contacto con nosotros y deben defender imposibles que les vienen impuestos de fuera, con una sonrisa y sin una mala palabra. Imposibles que, si no son capaces de defender, terminan con el despido de estas titubeantes sonrisas.

 

La necesidad de comunicar tu producto

Cuando trabajaba en Minami, una de las prioridades que teníamos en la revista era la promoción. Oh, a día de hoy está todo mucho más tipificado con el uso de redes sociales y la gente siguiendo directamente a las compañías y sus productos en facebook, twitter y demás, pero hace dos décadas, era diferente. 

 

Lo primero era tener presencia en los medios generalistas: entrevistas hablando de One Piece o Naruto en la franja horaria de la animación, conferencias de lo que fuera en eventos al margen aprovechando para mencionar el medio, la presencia del rótulo en telediarios y programas que cubrieran eventos relacionados mediante trucos como pasear la revista ante la cámara con disimulo o colocando al reportero ante el stand... Luego estaba la labor en los foros, la publicidad de intercambio en las páginas más punteras y, por último, el trato directo a los lectores con secciones que apoyaran a un feedback que era muy escaso en aquella época. Eran tiempos más honestos 

 

A día de hoy la cosa, como digo, parece estar más tipificada, y las compañías de videojuegos entran en contacto con los usuarios a tres niveles:
-directo a través de redes sociales y eventos abiertos, streamings, betas abiertas, accesos anticipados y demás contenido promocional;
-semi directo a través de bloggers y youtubers, alphas, betas cerradas, gameplays comentados por terceros y demás contenido que requiere de un intermediario
-e indirecto a través de medios especializados, prensa generalista, eventos cerrados, análisis y un largo etcétera.

 

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Parece que no, pero es complicado

El papel de los profesionales que entran en contacto directo con el jugador o el miembro de la prensa, desde el azafato de turno hasta la jefa de prensa o el responsable de redes sociales, es muy jodido. La base sobre la que se asienta esta labor de representación es la de defender un producto que no ha sido creado por ellos de forma personal, y para colmo lo hacen bajo unas directivas fijas indicadas por los tipos de marketing -que tampoco han trabajado en el desarrollo del producto- y con una serie de estrategias impuestas desde arriba del estilo de 'sonríe siempre', 'no respondas comentarios negativos ni entres al trapo', 'sigue leyendo el credo aunque no te haga caso nadie' y 'vende o muere'.

 

Por poner un ejemplo, ayer os hablaba de Sony, Playstation 4 y lo mal que están las cosas en Playstation Plus. No hay mes en el que no se anuncien los títulos sin que se ponga a parir a la PM -Product Manager, que os veo venir- de turno, y no hay mes en el que no se eche en cara al autor del texto y la noticia por no responder a los comentarios ni 'asumir la responsabilidad'. La actitud de los usuarios es medio comprensible, pero tampoco es que tenga mucho sentido: ¿Qué responsabilidad debe asumir una persona que simplemente informa de lo que le dicen desde arriba, con unas normas que, seguramente, incluyan la directiva 'no entres al trapo'?

 

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Además, la prensa y los usuarios somos un coñazo

Que sí, que el feedback está muy bien y es genial conocer la opinión de los usuarios de primera mano, pero cuando esta opinión es cuna de trolleos, cuando además es respuesta a una medida no muy popular -como el anuncio de un nuevo Assassin's Creed o los juegos [malos] gratis el Plus-, la labor del responsable de comunidades es ardua. A esto añadidle las peticiones de juegos gratis por privado, las quejas por bugs, los comentarios de gente que ni siquiera ha visto el juego pero entra porque se aburre y los que aprovechan para conseguir 'followers' siendo 'ingeniosos'... y la cosa ya es de locura. 

 

Pero tranquilos, la prensa tampoco se queda atrás: Peticiones de material gráfico para artículos, cabreos por exclusivas dadas a otros miembros, vendettas personales porque no llegó la invitación a tal evento que sí que llegó al medio de al lado, exigencias de títulos para análisis con la amenaza de hacer una crítica negativa si el juego no llega...

 

¿Pensáis que sólo los maletines influyen en las valoraciones? Pues os equivocáis. Y esto hablando de prensa más o menos seria y gente más o menos profesional, que de todo hay en la viña del señor. Si entramos en el fastuoso mundo de los bloggers y los youtubers y los 'profesionales' que 'se han hecho a sí mismos' y piensan que profesionalidad es mear en un Blu-Ray, entonces podemos estar aquí hasta mañana. 

 

Culpar al culpable

Community managers, encargados de prensa, contactos de redes sociales... al final no son más que un filtro que trata de bloquear cierta actividad nerviosa propia de la comunidad a la vez que sirve de fuente que permite fluir una comunicación que viene de arriba, de mucho más arriba. Es normal que aprovechemos al contacto más cercano cuando queremos poner una queja o hacer una exigencia, pero al final, todo es tan inútil como escupir contra el viento, e igual de poco ventajoso, a la larga

 

Así que, la próxima vez que queráis poner una queja, recordad que los grandes jefazos también tienen cuenta de twitter. Oh, no lo van a leer y les va a importar una mierda lo que escribáis, pero al menos ayudaréis a la salud mental de ese pobre empleado que traga a diario con nuestra ira y con la de sus jefes. ¿Quién sabe? Lo mismo, si sois ingeniosos, hasta os consigue un par de followers. 

 

¡Nos leemos!


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