Dónde quedará 3DS cuando salga Switch
Hay muchas dudas con Switch. Especificaciones, precio y soporte son de las más comentadas y, aunque el bueno de Rafa lo ha condensado todo en el texto de hoy, también campa el miedo de ver que Wii U y 3DS están llegando al final del camino. En el primer caso es algo cantado, con una distribución que será recortada terminado este año fiscal, pero en el otro la estrategia es de convivencia hasta, por lo menos, 2018.
Soy de los que llegó a la portátil pagando 249,99 euros; de aquellos que mira su título de embajador con regusto amargo. Aun así, en el balance entre penas y alegrías de mi historial con 3DS ganan por goleada las segundas. Casi todos los Zelda se han dejado caer, Super Mario 3D Land fue puro vicio, Resident Evil Revelations, un Smash Bros. portátil, más Pokémon, Luigi’s Mansion 2, Bravely Default y otros muchos conforman un catálogo que a día de hoy tiene pocos rivales. O ninguno.
Con el anuncio de la nueva consola no se ha tardado en tener que salir a apagar un incendio: el del futuro de 3DS. Desde Kioto nos dicen que estemos tranquilos porque, con 60 millones de portátiles en el mercado, el hambre por nuevos juegos sigue ahí. Seguirá ahí. Después de Pokémon Sol y Luna llegarán Mario Maker, Dragon Quest XI, Yoshi’s Wooly World y el nuevo Pikmin 2D como estrenos destacados. ¿Y después, qué? Creo que tocará ir con pies de plomo.
Se ha especulado que el apoyo por 3DS se va a mantener hasta 2018, un ciclo que vendría a igualar al de su antecesora si marcamos como cierre de catálogo a Pokémon Blanco y Negro 2. Sería todo un éxito. Aun así, desde el próximo marzo hasta el adiós de la portátil estereoscópica podríamos encontrarnos con dos sistemas -de una misma casa- que se pisan el terreno. ¿La retrocompatibilidad es una opción? Esperemos que sí, pero esto no soluciona el problema de los futuros lanzamientos.
Si el estreno de Switch se ha postergado hasta 2017 es para preparar un catálogo sólido, según Nintendo. Partiendo de aquí, cualquier exclusivo que veamos en 3DS a partir de marzo podría ser una oportunidad perdida para la consola modular, si esta no habilita desde un principio la retrocompatibilidad. De hecho, ni siquiera sabemos si la pantalla de Switch será táctil (parece que no), con lo que el margen de maniobra para lo dicho sería algo más complicado. ¿Qué opción hay entonces?
Mi teoría es que todo lo grande que está por llegar para 3DS no se saldrá, ni una pizca, de la parte más ‘conservadora’ de su catálogo. Vendrá a apelar comunidades fuertes como la de Monster Hunter o Pokémon, alargará el tirón de los JRPG portátiles y, quizás, trasladará algún otro título de Wii U, como hemos visto con Mario Maker y Yoshi’s Wooly World. Resumiendo, se lanzará todo aquello que evitase zancadillear el despegue de Switch.
De todos modos estamos ante una consola portátil que puede despedirse cuando le dé la gana. Creo que ha cumplido sin problemas el difícil reto de suceder a una Nintendo DS que imprimió billetes. Lo que esté por venir, bienvenido será. Aunque el mejor adiós que podría dejarnos 3DS sería aquél en el que deje a Switch en la posición de tomar el relevo, subiendo la calidad y estorbando lo mínimo. ¿Será lo que ocurrirá? ¿Qué opináis vosotros?
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