1. Mundogamers
  2. Noticias

Desarrolladores obsesionados con los gráficos fotorealistas

El error de la industria
Por Raúl Rosso

Christoph Hartmann, presidente de 2K Games, ha sido entrevistado por GamesIndustry, haciendo especial hincapié en una tendencia que sin duda, está haciendo más mal que bien a nuestra industria. Remarca que los videojuegos necesitan alcanzar mayores cotas de fotorealismo y excelencia gráfica para evolucionar, comparándolo con el mundo del cine, donde según él, resulta mucho más fácil transmitir emociones que en una experiencia interactiva. De hecho, cree que por eso está nuestro mercado inundado de juegos de acción descerebrada, ya que la imaginería audiovisual es más resultona a la hora de escenificar explosiones y escenas de acción que íntimas conversaciones que nos hagan sentir algo.

 

Menudo panorama nos espera si realmente este es el punto de vista evolutivo de los mandamases del sector. Ampararse en las limitaciones técnicas a la hora de dar una excusa al anquilosamiento creativo que sufre la industria en sus lanzamientos de primer orden es lo más parecido a pasarle la patata caliente a otro y desentenderse de otras taras creativas mucho más acuciantes. Y precisamente me atengo a su ejemplo cinematográfico. Un film, por muy buenos actores que tenga o por muy bien ejecutada que esté su realización y montaje puede ser una cagarruta de proporciones bíblicas si su alma y su esencia creativa no nos reporta ninguna satisfacción.

 

 

De hecho, los videojuegos ya tienen unos cuantos lustros encima, y en todas las generaciones han existido productos que sin haber alcanzado ni mucho menos ese obsesivo uncaney valley nos han quedado marcados a fuego por lo que pretendían expresar. Yo sentí un miedo atroz de crío jugando Aliens de Spectrum, y créanme, aquellos gráficos a siete colores no eran precisamente la panacea audiovisual hace veinte años. Se me saltaron las lágrimas de risa con los tejemanejes de Bernard en Day of the Tentacle, me emocioné de una forma inimaginable cuando llegué por primera vez a Puerta de Baldur y lo pasé fatal en ese momento de Final Fantasy VII que todos sabemos. ¿En serio es necesario replicar la realidad para seguir avanzando en nuestra industrial?

 

Los videojuegos deberían ser un miedo que abogase fundamentalmente por las sensaciones, dejando la imaginería audiovisual en un segundo plano más allá de sustentarse en ella a la hora de querer demostrar algo. De hecho, hablamos de un medio INTERACTIVO. No quiero ver algo bonito, quiero que ese algo me produzca sensaciones más allá de creer que estoy viendo una representación “realista”. Para lo bueno y para lo malo ya tengo mi vida cotidiana o el propio cine para esos menesteres. Cuando juego, quiero que las satisfacciones provengan a través de mis propias decisiones o mi habilidad a los mandos. Insisto, como esta milonga de la tecnología puntera sea el caballo de batalla de los grandes desarrolladores del género, mal andamos.


<< Anterior Siguiente >>