De Fez, hackeos y polvos: La prensa en entredicho.

Todavía tengo la cabeza llena de olas, de pingüinos y marchas forzadas. De kilómetros y kilómetros en mi azulito y de despertarme tarde con resaca. Llego a mi redacción virtual, me siento a ponerme el día y descubro, mira tú, que el mundo, el mundillo si lo preferís, se ha vuelto loco en estos doce días: Acusaciones a la prensa de alabar productos por amiguismo, parné o folleteo; demos que soy incapaz de encontrar en el caótico network, Sony sufriendo un hackeo y una amenaza de bomba, y, para ponerle la guinda al pastel, Phil Fish se va porque así no juega y le han pinchado la pelota.  Si es que no puedo tomarme vacaciones...

 

Pero esperad, que en la cabeza lo tengo claro y, sin embargo, no consigo que fluya a mis dedos. Voy a hacer un pequeño esfuerzo... Sí, creo que aquí viene. Eh...

 

¿Estamos gilipollas?

 Lo primero es el tema de Sony. Es una compañía que me cae bien, aunque sólo sea por lo de mala leche que me pone el señor Spencer cada vez que abre el pico. Yoshida me parece un tipo interesante, me hizo gracia la última vez que habló de la competencia y tiene un algo entrañable que hace que me entren ganas de darle un abrazo, vestirlo de torero y ponerlo encima de la tele -con chinchetas, que ahora las teles no dan para poner muchas cosas encima-. Sin embargo, lo del hackeo de éste fin de semana es para darles en los morros con un periódico enrollado. 

 

Que sí, que pobrecita Sony la que le ha liado Lizard Squad, que lo del hackeo fue una puñeta, y lo de la amenaza de bomba le tuvo que poner los pads de corbata a más de uno y más de dos. Pero a lo mejor resulta que al público en general, a ti y a mí, nos importa una mierda que el FBI esté investigando el desvío del vuelo Dallas/Chiquitistán. Porque lo que importa, lo que realmente importa, es que indemnicen a todos los usuarios de Playstation que se quedaron sin servicio el que para muchos fue el último fin de semana de vacaciones. Jazztel, tras sufrir una serie de problemas que interrumpió el servicio móviles durante 24 horas, resarció a sus clientes con cinco euros por terminal. Lo de Sony han sido más de 48 horas, y la pregunta es... ¿Qué va a hacer? Algo me dice que más bien nada. 

 

 

El periodista, la mujer y otras cosas de meter. 

Otra que la ha liado bien gorda ha sido la señorita Quinn, o mejor dicho se la han liado con las acusaciones de adulterio -¿existe eso durante el nioviazgo?- y la mala leche intrínseca a la pretensión de que intercambió ratitos de compañía en el lecho por buenas críticas en los medios de prensa especializada.

 

A mí esta noticia es, con diferencia, la que más gracia me ha hecho de todas las que he tenido que leerme a marchas forzadas estos días. No por la situación en la que se encuentra la chica, que francamente no se la deseo a nadie, si no porque el que piense así demuestra que sabe poco, muy poco o nada del mundillo del mundillo del videojuego y de la vida en general. Queridos amigos, inocentes criaturas de la noche, mongers que viven frente al monitor y personas normales con un ligero problema de criterio...

¡¡El sexo vende!!

Y no, no quiero decir con esto que sean ciertas las acusaciones a la Quinn, sino que todo esto de las tetas y la prensa funciona y lleva funcionando desde que el mundo es mundo, o al menos desde que empecé a trabajar en prensa especializada, y ya hace más de década y media de eso. Los coches y las promotoras enseñando moflete inguinal, el fútbol y las hinchas muestrapechuga, el basket y las cheerleaders, o el manga y las cosplayers profesionales... Todo un clásico. El mundo del videojuego no podía ser menos, y por eso en las presentaciones, en los stands y en demás eventos tendemos a encontrarnos con mozas bonicas de escaso conocimiento gamer pero extensas virtudes en otras áreas.

 

 

En la fiesta de diez años de una publicación de la competencia, las chicas de PSP causaron estragos entre la prensa nacional, en la presentación de Xbox 360 unas bailarinas de ropa escasa mantuvieron anclado a compañeros reporteros que con sus cámaras se dedicaron al noble arte del safari fotográfico de conejos, y en otra presentación de Xbox nos trajeron a una vigilante de la playa... No recuerdo cuál, pero os aseguro que no fue para hablarnos de la arquitectura interna y del desarrollo procedimental mediante algoritmos.

 

El rollo de las LaraCrofts en carne y hueso, las bailarinas, que las encargadas de prensa sean, por lo general, agradables de mirar... Las compañías aprovechan hasta lo más mínimo para endilgarnos el producto, envolviéndolo en papel brillante, rodéandolo con un lazo de colores bonitos y poniéndolo en manos de una persona atractiva. No deja de ser una cuestión de marketing, pero eso no implica que cuando un miembro de prensa pasa una noche loca con alguien de una compañía de videojuegos -y sí, a veces pasa- sea a cambio de un buen artículo o una buena nota en el análisis. Pensar así implica cosas muy feas, y no hay que llamar puta a nadie, ni siquiera aunque ya no te quiera y se haya ido con tu mejor amigo.

 

Terminando con éste tema, digo al principio que pensar que la señorita Quinn aprovechó sus encantos para conseguir eco periodístico es conocer muy poco el mundo y el mundillo de los videojuegos. ¿Por qué? Porque habría bastado con una sonrisa y una pasadita de mano por el lomo para que muchos compañeros babeasen y cumplieran los deseos de la fémina. Es ley de vida, así que vamos a pensar que la bajada de prendas corresponde más bien a una situación derivada del triste pasado de la programadora y a dejar que lo solucione con su pareja, que por si alguien aún no lo ha pensado, es su puñetera vida. 

 

 

Y Phil Fish se nos va dolido.

Después de ponerle un fez al fantasma de un espermatozoide cúbico, vendernos un juego de Amiga 500 como si fuera lo último de next gen y poner a parir a medio público demostrando lo chulo que es y lo grande que la tiene, el culpable de Fez vende la marca y la compañía porque le han hackeado y "eso no se hace, bro". Y aquí paz y después gloria.

 

Si la noticia de la señorita Quinn me ha hecho gracia por lo hipócritas que son algunos, esta directamente me flipa por lo blandito que se nos ha vuelto el sheriff de Nottingham. Después de adornar los twiters de medio mundo con su habilidad para el insulto fácil y la patada metafórica en la entrepierna, Fish se nos pone sensible, se queja de que el mundo se le ha puesto en contra y habla de que "su sueño se ha convertido en una pesadilla". Y no deja de sorprenderme tanto arcoirismo depresivo y tanta dejadez anímica, porque como digo en el subtítulo...

 

...Nos hemos vuelto rematadamente blanditos. 

Comencé en esto de la prensa especializada con un fancine de manga y videojuegos hace mucho, pero muchos años, y poco después entré como redactor y humorista gráfico en Minami, una publicación que algunos recordaréis y que resultaba, en el mejor de los casos, polémica. No voy a entrar en detalles, pero en diez años recibí amenazas de muerte, me esperaron para pegarme en varios salones del manga -promesas de palizas que se terminaron convirtiendo en grandes amistades, porque en el cara a cara todo cambia-, y una bella señorita con la que terminé compartiendo un par de copas creó una página web llamada "muetearafadelrio" -sep, se le olvidó la primera erre, ángelito-.

 

 

En los últimos años nos hackearon la redacción virtual en un par de ocasiones, me han matado varias veces en un fancine y por internet -una de ellas mi cadáver estuvo ardiendo varios meses por mi afición al whiskey, y sí, fui yo quien le dio la idea a la autora-, me han llamado cosas curiosas en las mesas redondas, e incluso me pegué con el dueño de una famosa tienda especializada por llamarlo "pirata de mierda" en una conferencia, básicamente porque era un pirata de mierda que vendía copias de anime de bajísima calidad fansubeadas con el culo a precio de edición especial de Selecta. Oh, y un cantante aficionado de JPop español me llamó "típica hetero calva", pero eso nunca lo entendí muy bien.  

 

A lo que voy es que, sin ser nadie, sin llenarme los bolsillos con mi trabajo y sin haber llegado nunca a ningún sitio especial, he sufrido todo ese rollo de trolleo, "acoso" y demás pamplinas de las que se quejan todos estos "nuevos ricos" que terminan abandonando a la primera de cambio. Ahora llega Fish y después de llenar las arcas y poner a parir a medio mundo se nos queja de su vida, y me entran ganas de escupirle en un ojo y parafrasearlo diciéndole "mira tu vida y suicidate", tal y como aconsejó amablemente a uno de sus seguidores... Pero no, no lo voy a hacer. 

 

Resumiendo, que esto está larguísimo: Estamos tontos, estamos blandos, nos negamos a aceptar que nuestros actos tienen consecuencias y cuando estamos de subidón vamos de justinbievers escupiendo a los fans, pero en los bajones queremos que nos abracen y nos den besitos en las gafapastas, y luego una chica se tira a quien le sale los bajos y nos convertimos en jueces de la moral... Pues no, tíos, yo a eso no juego. Seguiré poniendo a parir a Fish, a Spencer, a Chmielarz, a Molyneux y a cualquiera que nos tome por tontos, pasaré de los compañeros que dejan que unas bragas con encaje o un iPad compre sus escritos y, sobre todo, ante todo, continuaré esperando una indemninzación por las 48 horas en las que Playstation Network estuvo apagada... ¿¡Eh, Sony!? 

 

¡Nos leemos! 

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