Cities Skylines. Libertad de construcción bajo lógica
Reconozco que no suelo utilizar el PC como plataforma de juego habitual por distintas razones. Pero también reconozco que hay muchos juegos y ciertos géneros que son prácticamente inherentes a él, a los que evidentemente también suelo jugar de vez en cuando. Por eso mismo estos días le he estado dando a Cities Skylines, el nuevo juego de construcción y gestión de Paradox. Este tipo de juegos son mucho más disfrutables desde un ordenador por su propia concepción y, directamente, serían algo casi inviable en una consola.
Por resumirlo rápidamente, el juego nos sitúa en un descampado, nos da unas herramientas que podemos utilizar como queramos y nos deja libres para construir lo que nos apetezca. Podemos fijar como objetivo crear una gran ciudad con inmensos rascacielos y varios barrios o simplemente construir una pequeña zona de casitas en mitad del campo que resulten agradables para las buenas gentes que quieran vivir allí. Pero lo importante es que este objetivo lo fijamos nosotros, en ningún momento el juego nos obliga a seguir ciertos pasos predefinidos o a cumplir desafíos.
Lo que hace diferente a Cities Skylines de otros juegos que también basan su concepto en la construcción, es que todo tiene que tener una lógica real. Es decir, puedes construir lo que te apetezca pero si quieres que la gente pueda vivir allí debes atender a dos razones fundamentales: el agua y la luz, a las que se irán sumando nuevas necesidades. Puedes construir todas las casas que quieras (o las que el dinero te permita, claro) pero de nada te servirán si no eres capaz de crear un sistema que cubra las necesidades básicas de la gente que vaya a vivir allí. ¿Vosotros iríais a vivir a una casa sin agua ni electricidad? Quizás algunos podríamos vivir sin agua recurriendo a otro tipo de líquidos embotellados (ejem) pero, ¿podríamos vivir en una casa sin internet? No habría una peor penitencia.
A eso me refiero cuando digo que el juego da libertad pero mantiene una lógica real a la que debemos atender para construir cualquier cosa, produciendo de esta manera que los objetivos y desafíos vayan surgiendo de forma natural. En Minecraft, por ejemplo, salvando las distancias en la manera de construir (totalmente diferente), también tendremos esa libertad de construcción pero sin mantener esta lógica de la que os hablo. Podemos construir lo que queramos pero sin atender a ciertos aspectos a los que sí tenemos que acogernos en el juego de Paradox. Uno se basa más en el realismo y otro en la imaginación del jugador, aunque en ambos podríamos terminar creando una ciudad al completo.
Los habitantes de nuestra ciudad (o pueblo, o urbanización, o lo que sea) también tienen que tener dinero para poder pagar esos servicios que les estamos proporcionando, por lo que también se crea la necesidad de tener que construir zonas de trabajo donde nuestros habitantes puedan cumplir una función en nuestra ciudad, que a su vez les permita poder pagar estas utilidades. Como en la vida real, vaya. Nosotros vamos construyendo pero a la vez vamos dándonos cuenta de que todo tiene que respetar ciertos razonamientos.
No es que el juego me haya parecido una maravilla porque tampoco es que sea un gran aficionado a juegos de este estilo, pero sin duda es totalmente recomendable para todos aquellos jugadores a los que les atraiga su propuesta. Si quieres un juego de construcción que además mezcle estos componentes lógicos y reales creando esa necesidad de gestionar y planificar nuestros movimientos, Cities Skylines se puede llegar a convertir en tu comehoras de cabecera.
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