Broken Sword y la personalidad a través de los objetos
Puede que algunos de los amantes más clásicos del género de las aventuras gráficas me condenen por lo que voy a decir ahora mismo, pero para mí los mejores exponentes de este género siguen siendo los dos primeros Broken Sword e incluso el más reciente Broken Sword 5 The Serpent's Curse, que hoy mismo llega a PS4 y Xbox One. De hecho, son los juegos que recomendaría a cualquier persona que quiera adentrarse hoy día en este mundo tan rico, para que descubran que lo que hace Telltale Games en realidad no son aventuras gráficas.
Porque Broken Sword siempre ha sabido hacer algo estupendamente bien: dar una personalidad a sus protagonistas que incluso se muestra coherente con su manera de afrontar las distintas situaciones o los objetos que tienen en su inventario. Nosotros podemos conocer a George Stobbart y a Nico Collard echando un vistazo a su inventario. Ya sabéis, dime qué tienes y te diré quién eres.
George Stobbart es sarcástico, irreverente y siempre suele afrontar las situaciones con cierto optimismo. Sabe reírse de él mismo y no le importa lo que la gente piense. Por eso mismo no encontramos nada extraño en que quiera adoptar un gusano o una cucaracha y llevarlos en su bolsillo durante un juego al completo, llegando incluso a enseñárselo a todos los personajes con los que se cruza con naturalidad y cierta sorna. Broken Sword no hace que te guardes objetos en el bolsillo porque sí, como hacen otras aventuras gráficas, para que te comas la cabeza encontrando una posible combinación o solución al puzle, sino que también tiene en cuenta la personalidad de sus protagonistas.
Nico, por el contrario, es más metódica, lógica y seria. Por ello no entiende (y así se lo hace saber varias veces) que George guarde ciertas cosas -como el gusano o la cucaracha antes mencionados- y muchas veces muestra su desacuerdo con las maneras de superar los desafíos por parte de su compañero. Ella no va a coger cualquier objeto del escenario y sus pensamientos son muy diferentes a los que tiene George, y también es algo evidente si echamos un vistazo a su inventario.
En las aventuras gráficas pasamos mucho tiempo con nuestro personaje o personajes, por lo que para mí se hace imprescindible que caigan bien al jugador. George y Nico lo consiguen, cada uno a su manera, y es curioso como una aventura gráfica es capaz de proporcionar personalidad a través de los objetos y de cómo el jugador también afronta los puzles con un pensamiento diferente dependiendo de con quién esté jugando.
Por esta y por muchas otras razones, las aventuras gráficas de Broken Sword (no el resto de inventos mediocres que la franquicia tuvo que sufrir) me siguen pareciendo a día de hoy uno de los mejores exponentes de las aventuras gráficas clásicas, y una manera estupenda de adentrarse en el género.
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