La dura situación económica que obligó a Crytek, los padres de Crysis, a desprenderse de cinco de sus sellos internos podrían resultar, a largo plazo, beneficiosos para el videojugador y para el catálogo de videojuegos diferentes. Así lo apunta el cierre de Crytek Sofia, que vuelve a resurgir con su antiguo nombre como estudio independiente, Black Sea Games, y están decididos a desarrollar nuevos juegos para un público de corte más hardcore. Según han declarado los miembros del estudio:
Nuestra misión será la de crear videojuegos con una base hardcore que entretengan a los aficionados una y otra vez. Creemos que las mejores experiencias de juego provienen de desafiar a los jugadores con elecciones que tengan verdadero significado, mientras les ofrecemos la posibilidad de crear y compartir las suyas propias"
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