Adiós, clones del Call of Duty

Hace dos o tres años, todo el mundo quería acabar con el reinado de Call of Duty. El rey de los juegos de disparos bélicos, de las experiencias de acción cinemática y del multijugador online competitivo no podía seguir siéndolo durante mucho tiempo, y todo el mundo quería tumbarle. Solo Battlefield ha podido mantener el tipo y porque él ya tuvo un buen reinado en el PC. ¿Por qué nadie más ha podido plantarle cara?

 

Por muchas razones: marketing, marca, ciclo de desarrollo, mil cosas. Pero no estamos aquí para hablar de su éxito, sino del fracaso de los demás. Nombres como Killzone, Crysis, Bodycount, Medal of Honor, Ghost Recon, Army of Two y un largo etc. han intentado hacer suya la fórmula de Call of Duty, renunciando muchos de ellos a su identidad pasada. Hasta el mismísimo Halo o incluso Dead Space 3 empezaron a tener tintes de su influencia.

 

 

Y sin embargo, desde hace un año o así, pocos shooters militares se han vuelto a anunciar. ¿Se han dado por fin cuenta las compañías de que no solo la gente no compra estos juegos sino de que ya empieza a cansar el propio Call of Duty? Activision lo sabe muy bien y por eso su mayor apuesta para este año parece ser Destiny, lo nuevo de los padres de Halo, que deja a un lado lo militarista por lo futurista.

 

¿Es la ciencia ficción la nueva tendencia? A saber, aún estamos empezando la generación. Lo que está claro es que el shooter no ha muerto, ni morirá nunca, solo se está reconvirtiendo. Y le debemos mucho, creo yo, al fracaso de esos clones o intentos de Call of Duty, porque han agotado aún más rápido una fórmula que ya empezaba a repetirse como el ajo. 

 

Afortunadamente, parece que este cansancio del shooter ligero y militar está propiciando nuevas ideas en el género. Destiny tiene mundo abierto, Evolve apuesta por la cooperación y Tintanfall se pasa a los robots gigantes y el desequilibrio que crea frente a los soldados. Soy un gran fan del FPS y me alegro un montón. Y aunque siga jugando a Counter Strike, pienso que este momento tendría que haber llegado incluso antes.

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