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A David Cage no le interesa ofrecer "diversión"

Ocio sin ocio
Por José Manuel Fernández "Spidey"

No siempre me es agradable hablar sobre determinados nombres propios de la industria, máxime cuando es fácilmente perceptible el que muchos de ellos se han convertido en "marcas" con las que vender sus productos entrevista tras entrevista. Y es algo a todas luces veraz el que, tras la vitola de "productor", "diseñador" o "director" lo único que se esconden son relaciones públicas, auténticos hombres anuncio capaces de contar cualquier chorrada con tal de convencer al lector menos escéptico como si de Stan (el de Monkey Island) se tratara.

 

dcage

 

El caso más reciente de flagrante ofensa al mundo del videojuego (o al menos a opinión del que esto suscribe) lo ha vuelto a tener el señor David De Gruttola, o sea, el celebérrimo David Cage. Y no iba mal la cosa en la entrevista que le ofreció a la popular EDGE, con nuestro hombre poniendo toda la carne en el asador diciendo que su Beyond: Two Souls sería un auténtico desafío para la mente, y no para los pulgares. Esto es al fin y al cabo algo lícito, puesto que no son pocos los grandísimos juegos que, lejos de tirar de reflejos y adrenalina, han conseguido llegar al corazón de los jugadores a base de hacernos estrujar las neuronas. Buen ejemplo de ello son las aventuras gráficas de LucasArts, Sierra o, por qué no decirlo, Pendulo Studios, desafiantes y divertidas a más no poder.

 

Sin embargo, en su ya reiterativo discurso relativo a la revolución videojueguil que suponen todas y cada una de las producciones de Quantic Dream, Cage va y suelta que no le interesa un ápice ofrecer a los usuarios diversión… que busca transmitir un "significado", algo distinto:

 

Mi meta es sorprender a la gente, para entregarles algo que quieren sin saber que lo quieren. Quiero crear un viaje emocional, una experiencia única. No estoy interesado en darles diversión, quiero darles significado; no quiero desafiar sus pulgares, quiero desafiar sus mentes."

 

Cage, idealista como siempre, está decidido a cambiar la industria… o, como mínimo, a vendernos la moto de que sus juegos serán el adalid de ese cambio, por mucho que, por otra parte, confiese que no le interesa el ya resabido debate de si los videojuegos son o no son arte. David Cage afirma que su visión del ocio electrónico se basa en enfocar sus esfuerzos de cara a que reciban un tratamiento similar al de la poesía o el teatro y, por supuesto, deja muy claro que no está en esto del software de entretenimiento por dinero.

 

Pero de ahí a dejar patente su nulo interés por ofrecer “diversión”… amigo, son palabras mayores. Una cosa es que se quiera fabricar un juego con ciertas licencias narrativas que se atrevan a pisar nuevas facetas jugables, lo cual conlleva que en sí igualmente tenga como objetivo ser un título divertido. Pero Cage deja claro que le interesa muy poco que su juego sea “divertido”, primando el que nos llegue un "significado" que, viniendo de él, asumo que apostará que será de lo más interesante. Que la jugabilidad sea pura ponzoña no importará nada si el mensaje de Beyond: Two Souls cala más hondo que un anuncio de Intermon Oxfam

 

beyond big

 

Y digo yo… ¿esto es lo que nos espera a los aficionados a los videojuegos? Porque, a pesar de que existan muchos lanzamientos que todavía apuestan por viejas fórmulas jugables, uno llega a tener miedo ante tanto “gafapasta” de los juegos videográficos. ¿Es el futuro que nos queda? ¿Videojuegos contemplativos con mensaje? Sinceramente, espero que no


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