Starwing. Lylat Wars. Star Fox. El shoot'em up 3D de Nintendo va pasando por una buena variedad de nombres hasta que finalmente Star Fox se considera como canon en todo el mundo y comienza su expansión, recordando, siempre, que el original de Super Nintendo fue el primero en introducir gráficos poligonales en una consola de cartuchos con el Chip Super FX, y que su remake, la entrega de Nintendo 64, es considerado por unanimidad como el mejor título de la saga, y no es para menos.
Y rememorando otro gran clásico de 64 como ya ocurriera con Zelda: Ocarina of Time, Lylat Wars, o Star Fox 64, se actualiza este 2011 con el tratamiento 3D, con un nuevo remake que aprovecha una gran cantidad de las características de Nintendo 3DS, y de paso,
le da un buen lavado de cara al original y un buen repaso, gráficamente hablando, a la gran mayoría de títulos de la portátil. El primer shoot'em up de desarrollo 3D de Nintendo 3DS
no ofrece menos que el original, pero tampoco se puede decir que ofrezca mucho más para aquellos que ya lo disfrutaron en su día. Esto no es necesariamente negativo, ya que tanto hoy como hace casi quince años, es un shoot'em up que no requiere tanta precisión como un bullet-hell pero es igualmente satisfactorio, es más duradero por cada partida y aún más rejugable como arcade, y se desarrolla como una aventura donde explorar, con caminos secundarios según nuestras acciones en cada misión y con más o menos facilidades si ayudamos a que sigan en pie nuestros compañeros de equipo.
Pero todo esto ya lo daba el original. ¿Qué cambia entonces en Star Fox 64 3D? Pues aparte de lo evidente, de ese remozado gráfico de excepción que va más allá de cambiar modelados y añadir cuatro polígonos aquí y allá, nos encontramos con que podemos elegir entre un Modo 3DS y un Modo 64. El segundo nos da exactamente lo mismo que el original, con la misma dificultad, mismo número de enemigos y mismo método de control. El primero, es
un modo de dificultad más variado y accesible aunque con el mismo contenido, es una experiencia apta para nuevos jugadores, con un nivel de dificultad ligeramente más bajo, y con la posibilidad de utilizar controles giroscópicos. ¿Qué tienen las desarrolladoras en la cabeza que aún no han entendido que dos de las características principales de la consola no son compatibles?
La gran pega de manejar la nave Arwing, el tanque Landmaster o el submarino Blue Marine haciendo giros e inclinaciones de la consola, es que el efecto 3D estereoscópico, muy bien conseguido, se diluye. Y de sacrificar uno, en este caso, mejor obviar el control giroscópico y jugar con un joystick en condiciones.
Tanto en un modo como en otro, e incluso en el Modo Experto, de mayor dificultad y mayor cantidad de enemigos, tenemos horas y horas de rejugabilidad de cada ruta posible, de cada planeta y cada sector, con uno de esos grandes atractivos que ya mencionábamos en Steel Diver y que nos puede, esas medallas, esos logros reales que conseguir haciendo las mejores puntuaciones de cada nivel, de cada modo de juego.
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un modo multijugador que podría haber sido perfecto de haber tenido online, ya que cuenta con opciones de descarga para jugar con sólo una tarjeta y una curiosidad para acrecentar el pique en las partidas entre amigos cercanos, que es esa pequeña pantalla en la que aparece tu cara en todo momento, grabada con la cámara de la consola y emitida al resto de jugadores para que vean tu satisfacción o tu rabia según vayas ganando o perdiendo, sin necesidad de levantar los ojos de la consola. Lo bueno es que, de utilizar el control giroscópico, una mano quedaría más disponible para hacer jugarretas.
La banda sonora, que incluso los más puristas tendrán el valor de criticar, suena, no diferente al registro original, sino simplemente mejor, y aunque el doblaje al castellano sea, por qué no decirlo, perfecto, echamos en falta esa opción graciosa del original de cambiar la voz al habla propio del sistema Lylat. Una pequeña curiosidad perdida en pos de rescatar un clásico y llevarlo a su mejor posición, a un sistema en el que destaca en todos sus aspectos y al que le sienta de maravilla el formato portátil. Gran remake de un juego que nunca debería pasar de moda, pero si es capaz de evolucionar en todos sus aspectos, es una lástima que hasta que Nintendo no se grabe bien hondo la palabra ?Online, todo le vaya a quedar, por poco, un poco incompleto.
NOTA FINAL: 8,5
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