ANÁLISIS - Prince of Persia: Classic -
Una traición se ha cometido en el palacio de una joven princesa, su amado arrestado y llevado a las terribles catacumbas tendrá que vérselas con soldados que están en su búsqueda para rematarlo. Mientras, la joven princesa es forzada a casarse con el malvado Visir Zervan, tiene una hora para decidirse a si entrega su mano junto con el trono al poderoso Visir o sino, morirá en la sala de tortura. Así comenzaba el clásico imperecedero que aupó a Jordan Mechner hace casi 20 años como uno de los mejores creadores de videojuegos de toda la historia. ?Prince of Persia? en 1989 resultó ser un juego completamente adelantado a su tiempo, a su formato y con un concepto atrevido, vanguardista, uno de los primeros esbozos de videojuegos cinematográficos de los que se tiene constancia.
Ahora Gameloft recupera el mito con una serie de remakes que se han ido publicando en diversas plataformas; PC, Xbox Live Arcade o la que nos compete, los teléfonos móviles. La primera sorpresa es que el diseño artístico pierde toda similitud con el original y resulta una versión reducida del renacimiento de la franquicia, Prince of Persia: Las arenas del tiempo. Hay que subrayar que la remodelación es exclusivamente en el engine clásico, puesto que se trata una versión prácticamente 1:1 del original.
El juego, lejos de mis iniciales temores, logra adaptarse a la perfección al formato móvil con gran inteligencia. Tan sólo necesitaremos pulsar un botón de forma simultánea para que las acciones del príncipe se ejecuten de forma limpia. Este concepto es muy difícil de llevar a la práctica en cualquier otro juego de plataformas que no sea Prince of Persia, y los que hayan jugado al original lo sabrán: lejos de requerir una habilidad enfermiza o reflejos inhumanos, la obra maestra de Mechner se basa por la razón y la coherencia.
Tendremos una hora tan sólo para escapar y salvar a la princesa de las manos del Visir Zervan. Tiempo más que suficiente dado el formato del juego, no obstante tiempo de juego muy bien calculado en el original que le dotó en su época (entre otros muchos factores) de esa ambientación cinematográfica tan significativa. Tendremos que evitar pinchos, combatir (haciendo uso de la táctica y la templanza, algo así como lo visto en Assassin´s Creed pero resuelto infinitamente mejor) y encontrar la forma de escapar del infernal y gigantesco laberinto. Un juego, en definitiva, que estimula la inteligencia y la paciencia, ya que habrá que medir los saltos y estudiar las habitaciones y las posibles trampas antes de pulsar los botones de forma esquizoide.
El juego una vez finalizado propone cuatro retos (supervivencia, contrarreloj, Clásico y normal) y una serie de logros heredados de la versión Xbox Live Arcade. Un juego por el que no parecen pasar los años y que ha sabido re-configurarse sin perder el espíritu ni la jugabilidad original. Un auténtico ejemplo de videojuego adaptado sabiamente a un sistema.