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Analisis Pokémon Edición Negra/Blanca DS

Sábado 26 de Febrero de 2011 por Víctor Junquera
Una nueva generación de Pokémon, la quinta concretamente. Un nuevo comienzo, una nueva región, Unova. Un nuevo estilo, una nueva ambientación, totalmente contemporánea. 156 nuevos Pokémon a conseguir, y muchas nuevas funciones que dan la impresión de estar ante algo totalmente distinto. Pero no nos sirve, sigue siendo más de lo mismo.

Es un regalo de cumpleaños en un envoltorio que, aparentemente es algo fuera de lo común, reluciente e inmaculado, pero te acercas y ves que está hecho a base de parches porque no había suficiente papel. Pero te da igual, es el envoltorio y al final lo que vas a disfrutar es el contenido. Rompes el envoltorio con ganas para descubrir que, efectivamente, tu madre ha vuelto a regalarte un pijama y ropa interior, porque cuando eras niño te conformabas con cualquier cosa, pero ahora que has crecido, ya no sabe qué regalarte... Pero qué demonios, seguro que le acabas dando uso.

Toda esta aparente divagación no es sino una metáfora de lo que nos hacen sentir estos Pokémon Blanco y Pokémon Negro. La fórmula no ha cambiado. En esta web hemos hablado maravillas de anteriores entregas, siendo Platino la de la anterior generación y Oro HeartGold/Plata SoulSilver las eternas marcas a superar, los mejores indiscutibles de la saga. Y leyendo cualquier crítica anterior ya se sabe que nos gusta. Alejando el fenómeno fan infantil y subproductos como el anime y el merchandising, e incluso otros videojuegos spin-off, Pokémon es un gran RPG, con una mecánica muy imitada, pero difícilmente igualada, multitud de objetivos a conseguir y miles de horas para disfrutar, tanto en solitario como en compañía o vía online en las últimas entregas, y esa mecánica se mantiene inalterada, así que es redundante hablar de cómo debilitar lo suficiente a un Pokémon para capturarlo, entrenarlo y llevarlo a luchar contra los ocho líderes de gimnasio hasta poder entrar en la Liga Pokémon y que aparezcan los títulos de crédito, lo cuál, dicho sea de paso, se puede conseguir en menos de 30 horas.

Pero aunque para muchos ahí se termine el juego, para otros sólo acaba de empezar. La historia central esta vez tiene algo de moralina bastante adecuada para el carácter general del juego. No nos enfrentamos contra un Team Rocket o un Team Magma que ansía conquistar el mundo, hacerse con los legendarios y toda esa típica parafernalia. En esta ocasión el Team Plasma, un grupo de carácter sectario con ciertas similitudes a organizaciones religiosas, sólo pretenden que dejen de existir los Entrenadores Pokémon, ya que mientras éstos ven unos lazos de confianza y amistad, los ?malos? sólo ven un ejercicio de esclavismo hacia las desdichadas criaturas.

Los Pokémon viven en celdas, pelean y sufren sólo a cambio de un par de bayas, mientras que sus entrenadores se enriquecen a su costa. Sería un punto de vista interesante, de no ser porque el Team Plasma también utiliza sus Pokémon contra los tuyos, cuando tal vez deberían liarse a puñetazos con el entrenador directamente. Pero todo tiene sus matices, claro, y aunque no vaya a ser aquí donde os desvelemos la historia, ya que no hay mucho que desvelar, sí que merece la pena seguirla, mucho más que tramas insulsas como las de Rubí/Zafiro o Diamante/Perla, sólo por los diferentes puntos de vista que se muestran. Aunque algo común a todas las entregas de la saga y que resulta de agradecer es que no te traten como a un títere recadero, algo muy habitual en un RPG en el que te hacen ir de un lado para otro para conseguir objetivos que a tí ni te van ni te vienen. El protagonista de Pokémon actúa por sus propios intereses siempre. Quiero una medalla. ¿Que el líder de gimnasio no está? Tranquilo, que ya voy yo a buscarlo a esa oscura cueva, soluciono su vida, le gano por la medalla, y adiós, siguiente.

Pero en este mundo contemporáneo, industrializado y entrecomilladamente civilizado, todo cambia ligeramente con respecto a la ambientación rural de entregas anteriores. Ahora un pueblo no sólo tiene cuatro casas unifamiliares, hay ciudades universitarias, parques, desniveles,... Aunque todo luce igual que antes. Cuando nos hablaban de un nuevo apartado gráfico tridimensional, nuevas perspectivas y un gran cambio en general, parece que sólo se referían a la gran ciudad y los puentes que enlazan con ella. Multitud de rascacielos, calles llenas de gente ocupada, variedad de locales,... E incluso parece haber un cambio en la centralización de la vida alrededor de los Pokémon. Centros y Tiendas comparten ahora edificio, y se ve que ser líder de gimnasio no da suficiente beneficio como para vivir, así que ahora están integrados en localizaciones tales como cafeterías, parques de atracciones, minas o museos. Pero sólo eso, lamentablemente. No es un cambio a gran escala, como todos los demás del juego, que se limitan mayoritariamente a cambios estéticos.

Lo mismo ocurre en batalla, la parte importante del juego. Se han añadido nuevos conceptos, como la batalla triple y la batalla rotativa, con un nuevo punto estratégico que viene del hecho de sólo poder atacar al Pokémon situado justo delante, o inmediatamente al lado, es decir, que el central puede atacar a todos los rivales, pero los laterales sólo pueden atacar al rival central y a un lateral, salvo con ataques concretos. Y las batallas ahora son mucho más efectistas, con sprites de cada Pokémon en constante movimiento y con una cámara dinámica, aunque a la hora de la verdad, las criaturas siguen sin tocarse.

Todo el juego está mucho más orientado a las funciones online, no sólo de combate e intercambio, sino de conexión permanente para recibir objetos o eventos exclusivos, e incluso cuenta con funciones extra, como videochat, si se juega en un modelo de DS con cámara, bien DSi o DSi XL, así como 3DS.

Aún cabe hacer un último matiz. Por el momento, nada ha superado a Pokémon Oro y Plata, salvo sus remakes, Oro HeartGold y Plata SoulSilver, y es hiriente que tras tres generaciones no se hayan dignado en volver a incluir dos regiones y 16 gimnasios en un mismo juego. Aunque Negro y Blanco da buenas vibraciones. Cuando llegas al primer gimnasio acompañado por un cerdo, un mono, una rata/ardilla, un perro y un gato, sientes que algo va bien, e incluso se han molestado en hacer un primer gimnasio triple, para que, independientemente de la elección que tomes con tu Pokémon inicial, no partas con ventaja o desventaja.

Pero aunque incluye las suficientes novedades como para hacer atractiva una nueva historia y recorrer un nuevo mundo (escribiendo estas líneas tras varias horas después del Alto Mando y aún quiero seguir investigando Unova), sigue dando esa sensación de ?más de lo mismo?, de ?este puzle ya lo he resuelto?, y sobre todo, de ?lo siento, pero no voy a capturar a 649 Pokémon?.

NOTA FINAL: 7.5
9

/ 10


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